Ah, Irlanda, como te echaba de menos!
Si, estoy escribiendo desde la isla esmeralda, por eso los posibles posts de este mes y medio que tengo por delante no llevaran acentos, ni podre abrir admiracion o exclamacion. Eñes si que habra, porque son rapidas de hacer (alt+164, o 165 para la mayuscula). Tambien podria hacer lo mismo con el resto, pero no pidais tanto, que bastante es que me ponga a escribir otra vez.
Llegue aqui (ains, duele el silencio de esos acentos que no estan...) tal dia como jueves, a media tarde (bastante tarde para los estandares de aqui, que cenan a las 6). Sali de la recogida de equipajes con una sonrisa en la cara, como siempre que llego a este pais. Alli esperaban muchas personas, varias con cartelitos donde se podian leer nombres, escritos con mayor o menor fortuna, de las personas que esperaban.
Y el mio no estaba. Lo comprobe 4 veces, dando vueltas como un loco. Asi que llame a Bobby, uno de los encargados de la empresa para la que estoy trabajando, a ver que pasaba. Su respuesta fue simple: le sorprendia que no hubiera nadie, pero no podia hacer nada, asi que yo deberia coger un autobus hasta el centro de Dublin y de alli otro a Blackrock, donde estoy trabajando. Cargue con la maleta, que no es pequeña, y consegui llegar al centro, donde me esperaba una bonita sorpresa en forma de manifestacion pro condonacion de la deuda externa de los paises subdesarrollados. Normalmente yo mismo me habria sumado gustosamente a la gente (aunque aun les falta el ritmo que le damos nosotros cuando viene Carlinhos Brown), pero ese dia me conforme con sentarme sobre mi maleta, mientras esperaba a que acabaran, acordandome de todos y cada uno de los familiares, vivos o muertos, de los alli presentes.
Y como solo tenemos un ordenador y lo necesita mas gente, por ahora lo dejaremos en un Continuara muy manido...
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