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21.5.06

La noche mágica de la música

Algo está cambiando en el panorama musical. Más vale tarde que nunca, supongo. Pero la cuestión es que anoche fue una gran noche para los que estamos hartos de más de lo mismo. La fecha del 20 de junio será una para la memoria...
Por un lado suponía el debut en directo de un nuevo grupo, los Mojando Bragas, con su pornopunk y su despliegue de buen humor (espero crónica!!). Para los que desgraciadamente nos lo perdimos, habrá nuevas oportunidades, estad al tanto en www.myspace.com/mojandobragas
Yo me lo perdí, por un motivo muy simple: hacía tiempo había comprado la entrada para el primer directo en España de Dresden Dolls, una banda (dúo más bien) de Boston. Un concierto que estaba rodeado de grandes expectativas tras el altísimo nivel del disco. Y no defraudaron. Al contrario, hicieron que el disco sonara pobre al lado de la gran potencia del directo. Pero antes tuvimos el hilarante placer de descubrir a Thomas Truax, una mezcla entre Albert Pla y Les Luthiers. En www.thomastruax.com hay más información sobre este genio, así como fotos de sus inventos. Sí, inventos, pues al igual que Les Luthiers, fabrica sus propios instrumentos. O parte de ellos, porque también usó uno más cotidiano. Como dijo él mismo: "ahora voy a tocar un instrumento que no he inventado yo. A lo mejor lo conocéis. Se llama guitarra. Y parece ser popular en algunos círculos". Eso sí, personalmente me quedo con Sister Spinster (que según Truax estaba cohibida por la gran batería de los Dresden, aunque también secretamente enamorada). A destacar quizás un par de momentos: una de las canciones, sobre el amor entre el cantante y una mariposa que cree que la violencia y el hombre están intrínsecamente relacionados, en la que en vez de dedo o púa usó un ventilador portátil para tocar la guitarra; o la canción para la que desenchufó la guitarra y empezó a caminar alrededor de la sala (llegando incluso a los lavabos, subiéndose a la barra y cantando a la camarera, o poniéndose en mitad del público, rotando sobre sí mismo). En resumen, humor, carcajada (incluso para los que no entienden el inglés) y canciones bien logradas.
Y a continuación el plato fuerte de la noche (aunque no la última gran sorpresa): Dresden Dolls. Posiblemente uno de los mejores conciertos a los que se puede asistir en esta vida. Puesta en escena sencilla, música potente (parecía que Brian fuera a cargarse la batería), gran magnetismo (sobretodo por parte de Brian, que mientras tocaba se permitía el lujo de actuar como el maestro de ceremonias de Cabaret; aunque Amanda también tuvo sus momentos de gloria, cuando cantó a solo una canción, o cuando, cerveza en mano, cantó en primera linea del escenario a las putas del puerto). No es de extrañar que después del concierto sólo Amanda bajara a firmar autógrafos, mientras Brian descansaba un poco en el autocar, ya que no había parado un segundo.
Y por último, la otra sorpresa de la noche: ¡Lordi ganadores de Eurovisión! Sobre esto creo que sobran comentarios. Simplemente remitiré a la web http://www.lordi.org/main.html

Y que dure. No se trata de erradicar la música de OT, pero ¡que no sea la única alternativa!

4.1.06

Fin de año, fin del civismo

Ya hemos entrado en el 2006, el año de la normativa del civismo, el año de la ley antitabaco.

De la normativa y la ley ya he hablado, y comentado qué aspectos considero exagerados. Así que ahora tocaría ver el otro lado...

Madrugada del 1 de enero, fin de año (o inicio). Hacia la 1 de la mañana. Plaza Catalunya (Barcelona). Miles de personas salieron a la calle a celebrarlo. En varios puntos de la plaza, furgonetas de los mossos, un contingente extra, supuestamente para mantener el orden. A su alrededor, botellas rotas, gente tirada por el suelo, latas que volaban por los aires... Aquello no era una fiesta, ni siquiera una bacanal, ¡era un campo de batalla! Sin embargo, los agentes no se movían de su furgoneta (normal, no eran suficientes), a pesar de las provocaciones de los que estaban ahí fuera, como un tipo que en las Ramblas, en medio de un enorme círculo de botellas (de diámetro igual a la anchura del paseo central de la calle), se dedicaba a romper las que aún estaban enteras, gritar...).

Algo más abajo, 2 personas se enzarzaban en una pelea (con uno de ellos arrancándole al otro el pelo a manos llenas), mientras una chica extranjera (diría que de la Europa del este) gritaba a su lado.

¿Fiesta? ¿Libertad? Esa noche quedó patente que no sabemos aprovechar una cosa ni la otra. El exceso no es libertad, la provocación no es fiesta. Nuestra libertad acaba donde empieza la de los demás, y no es divertido pasar miedo cuando estás de fiesta. Simplemente esa noche dejó patente que tal vez haga falta una normativa de civismo...