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24.12.04

Deudas de sangre

Anoche fui a cenar a un japonés cerca de la calle Ferrán. A las 21.30 llegamos a la esquina con Ramblas, y asistimos a un espectáculo propio de 28 días después.

Cabinas de teléfono implosionadas, cajeros destruídos, locales de fast-food arrasados, restos carbonizados, pánico general...

Pregunté a un camarero qué había pasado y me dijo que una manifestación de okupas y anarquistas. Al menos, iban todos con sus símbolos.

Protestaban contra la violencia skin-head que durante las fiestas de Gracia acabó provocando una víctima mortal. Es un motivo encomiable a la hora de hacer manifestaciones. La verdad es que la violencia neofascista (incluyo tanto los neonazis como los neofranquistas) es un lastre de la sociedad en la que vivimos. Existen cada vez más grupos que usan la violencia contra los demás como seña de identidad. Incluso hay grupos femeninos que llegan a dar más miedo que los masculinos, como las skingirls.

Hay un dicho que dice que si no puedes con tu enemigo, únete a él. Pero no nos equivoquemos: no podemos luchar contra la violencia siendo violentos. No podemos aprovechar cualquier excusa para destrozar cajeros y mcdonalds. Una cosa es una manifestación antifascista o pacifista, otra anticapitalista. Y aún otra cosa es el puro vandalismo. Además, ¿qué culpa tienen de todo ello los pobres chicos y chicas que atienden tras el mostrador del mcdonalds durante horas y horas y que cobran a veces sueldos irrisorios? Ésos son los que reciben los golpes de esos "anticapitalistas", ésos los que se asustan cuando ven sillas atravesar las ventanas...

Se supone que somos seres civilizados, y si criticamos a un sector por ser violento, ¿cómo podemos legitimar nuestra palabra si hacemos lo mismo que ellos?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lo cual nos demuestra exactamente lo que ya sabemos: que el sistema apesta, y que es increíblemente difícil cambiarlo. Además, tu post es muy adecuado para el momento que vivimos: la Navidad hipócrita del siglo XXI, llena de regalitos para los afortunados con pasta y de horas extras para los que tienen bien poco, o incluso, en lo peor, navidades en un cajero de esos que han destrozado, y que por culpa de esos anarquistas antisistema ya no tiene calefacción. Si es que el problema es que no hay por donde empezar.

Anónimo dijo...

Por cierto, el anonimo ese soy yo, Weirdgirl ;)