NOVEDADES MIKE AND JOE

Regalamos camisetas en Mike and Joe

20.12.04

Lágrimas con forma de euros

¿A qué clase de sociedad hemos llegado? ¿Dónde está la humanidad en este mundo "civilizado" de occidente? ¿Qué valores hemos puesto en la cima de la escala?

Ayer me tocó pasar toda la tarde en mostrador. Vi de todo y más. Pero un caso me impactó. Una mujer de mediana edad vino a devolver un teléfono inalámbrico de 80 y algo euros. Lo había comprado el 20 de noviembre para regalárselo a su marido por su cumpleaños, que fue hace 2 días. El vendedor de turno le dijo que no había problema: si a su marido no le gustaba, incluso aunque lo hubiera probado, podía volver a cambiarlo e incluso devolverlo.

Primer problema: pasados 7 días la devolución no es posible, a menos que el tíquet lleve un sello firmado con fecha del día de compra y la nueva fecha de extensión (en este caso como mínimo el día de ayer). Pero ese vendedor se pasó eso por el forro, ansioso como estaba por vender y probar a llegar a los objetivos de la sección para llevarse una nimia comisión a final de mes.

Llegó el día del cumpleaños y la buena mujer le dio el regalo con toda la ilusión del mundo al marido. Éste lo abrió y primero decidió probarlo, por demostrar que aprecia la sorpresa de su mujer. Sin embargo, se lo repiensa y, ya que a veces van algo justos de dinero, cree más útil comprar herramientas para la casa, como un taladro o destornilladores.

Nuestra mujercita coge el regalo y vuelve a la tienda para ver si puede recuperar el dinero para hacer la otra compra. Como en este establecimiento no se venden herramientas se trataría de devolver el dinero para que lo usara en lo que realmente necesitaba.

Vi el tíquet y el problema. Llamé a mi supervisor que fue tajante: no hay dinero (a todo esto, yo tenía delante las cifras de venta del día en todas las sucursales de España, y sólamente en las 3 que hay en Barcelona a esas horas ya superaban los 700000 euros de caja). Tras explicar el caso, dijo que por ser fechas navideñas y como caso ultra-mega-híper-especial (y asegurarse de que se lo hacía saber a la clienta) se le haría un vale de compra para que se gastara ese dinero en otros artículos.

Se lo expliqué. Casi se me echa a llorar. Se me cayó el alma a los pies.

Volví a llamar al supervisor, que se negó a subir al mostrador (dijo tener algo importante entre manos que no podía dejar... ¿hay algo más importante que una señora al borde de las lágrimas?), pero volvió a dejar claro que nada de devolver el dinero. Me mandó buscar a otro supervisor.

Le encontré (al otro) y volví a relatar el caso, mientras la mujer le volvía a explicar la situación a mi compañera de mostrador. Finalmente conseguí que este otro supervisor viniera. Le enseñé el teléfono de la discordia, que estaba en perfecto estado.

Acabó firmándome una autorización para devolver el dinero.

Ayer, por unos segundos, existió la justicia en el mundo consumista. La mujer se pasó los siguientes minutos agradeciendo el gesto hecho por ella. Viendo esa sonrisa auténtica llegar a una cara que un momento antes trataba de esconder unas lágrimas que se iban formando poco a poco, ¿a quién le interesan las comisiones? A mí NO.

1 comentario:

Hugo C. dijo...

Así se hace, puto Fnac... eso sí, el mamón sin dar la cara... es lo q mejor saben hacer los jefes