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6.12.04

Odio los lunes...

En realidad no. Pero últimamente me siento un poco gruñón, estilo Garfield, por eso he decidido parafrasearle.

La verdad es que estaba deseando que llegara el lunes.

No soy masoca. Lunes significa volver al trabajo (pero en realidad no hay mucha diferencia si también trabajas los sábados y domingos, ¿no? Pues eso).

Lunes también es el inicio. Una nueva semana, siete días de posibilidades. Se acabó la semana anterior, borrón y cuenta nueva.

Y lo necesito. No sé si los planetas están en una onda rara, o si le tengo que ajustar cuentas al ginecólogo que me sacó por cesárea en un día 13, en vez del 24 que es cuando me tocaba o si simplemente mi vena ceniza se ha vuelto a desbordar. La cuestión es que llevaba una semana que cada día pasaba algo. Por suerte han sido cosas que me las he podido tomar con un cierto humor (no mientras sucedían, pero sí después).

Ayer me levanté a las 6 de la mañana para llevar a mi amiga madrileña a Bellaterra a hacer un examen. Estaba muerto de sueño así que dije que me iba a casa a dormir un rato y luego la volvería a recoger, a la 1. Fui al coche, di el contacto y...

Allí seguía una hora más tarde, cuando llegó mi padre a rescatarme con el otro coche. También seguía allí otra hora más tarde, cuando llegó la grúa a llevarse el coche estropeado. Y finalmente, ya decidí seguir allí media hora más tarde, cuando mi amiga acabó el examen...

Hace unos días tuvimos que instalar 3 televisores de 32 pulgadas en una tarde. Pesan mucho. Sobretodo las Sony, que superan los 80 kilos. Por supuesto, la Sony tocó instalarla en un cuarto piso sin ascensor, con escalera estrecha. Pero es que luego tuvimos que subir la mesa que viene con la tele. Y por último me tocó subir las cajas, que no cabían por las escaleras y tuvimos que plegar en el portal. Doce pisos en menos de media hora, instalación incluída. Y aún quedaban 2 más...

Tuve un día sin instalaciones, lo que me hizo ir un tanto alegre porque de vez en cuando va bien dejar descansar la espalda. Mi jefe me llevó a "la jaula", una zona del almacén dedicada a post-venta, la sección en la que trabajo. Allí me esperaban cajas y cajas de productos reparados para revisar. Me pasé 6 horas allí abajo, abriendo cajas de discmans, probándolos, asegurándome de que estuvieran todos los complementos, anotando los problemas que encontraba... Sentado en un taburete con la espalda en mala posición. Cuando por fin cogí el descanso, subí a la zona de trabajadores a comprarme un sandwich en la máquina de comida. No funcionaba. Mi estómago estuvo rugiendo hasta que acabó mi turno y corrí al metro a comprarme dos donuts en la tienda del andén.

Y podría seguir, pero espero que empezar hoy lunes con una nueva actitud signifique mejorar un poco. Sobretodo porque hoy toca ir a Lloret en furgoneta y no quiero tener un accidente. Y porque el viernes la volveré a ver y quiero intentar decidirme y que dejen de considerarme un parado petao petardo (ppp para abreviar). Y porque este domingo vamos a recomenzar el documental que inaugura la productora Fent Films S.L. (¿autobombo? pues sí, para eso es mi blog; y dentro de poco hablaré del cómic que estoy guionizando...).

Si alguien tiene algún amuleto de la suerte, que me lo traiga...

1 comentario:

Hugo C. dijo...

Yo tengo una eightball en mi blog... atrae la mala suerte, pero de manera diferente. Bueno, deben ser los astros, si señor. Espero que tu semana sea mejor, y q no se te caiga el bebé de las manos... (y tb espero no ser gafe)