Por primera vez en varios días estoy realmente satisfecho con el trabajo realizado hoy. Y eso que una parte que tenía prevista no la he podido hacer. Sin embargo, hemos estado haciendo cástings para la película, y el listón ha estado tan alto que ni Sergei Bubka podría saltarlo. Ahora mi dilema es a quién elegir, no dónde seguir buscando. Y es que es duro cuando tienes a gente tan entregada, que en un momento son capaces de darte una escena tan currada, tener que pensar en que sólo uno de ellos se podrá llevar el papel. Te sientes mal por tener que prescindir de los otros. Más aún cuando en mi caso, soy el guionista, y lo que espero que llegue a hacer reír a la gente hoy me ha hecho llorar a carcajadas. Esa es una experiencia de las más gratificantes como creador, conseguir a alguien que convierte tus simples textos en algo real, dándole nuevos matices que a lo mejor no habías pensado, pero siempre jugando a favor del resultado final, que es conseguir que esa comedia haga como mínimo sonreír, y en el mejor de los casos, como se ha dado hoy, romper mandíbulas por estallidos hiláricos.
Y hoy se ha dado, a cada momento. Y no quiero prescindir de nadie, pero debo.
No fue el mismo resultado el anterior cásting que organizamos, la semana pasada. Si bien esta vez hemos optado por ser nosotros quienes convocábamos a actores concretos tras consultar sus fichas (desde aquí un gran aplauso a esa magnífica escuela de teatro de Nancy Tuñón, donde nos han ayudado mucho esta mañana), en el otro pusimos carteles por varios puntos visibles de la ciudad... ¡Craso error! Se presentaron posiblemente más de 200 personas. Esto debería alegrar a cualquiera que pretenda seleccionar actores, y así sería si no fuera porque salvo unas pocas más que honrosas excepciones, la gran mayoría era gente ansiosa de su momento de fama.
Dijo Andy Warhol que todo el mundo en el fondo desea sus 20 minutos de fama. Eso será en el resto del mundo; aquí la gente mataría por 2 segundos. De hecho, un juez ya jubilado me dijo una vez que en más de un caso de violencia de género que acabó en homicidio, el acusado declaró que lo hizo para salir en televisión. Aún me dan escalofríos cuando lo recuerdo...
Más o menos esa fue la tónica general del 1r cásting. La mayoría de los aspirantes ni siquiera habían hecho Els pastorets; y para ellos una italiana es una chica nacida en la bota de Europa, en vez de una lectura desdramatizada de un diálogo. Eso sí, todos habían participado en la escena de la orgía de "El perfume" (¿acaso queda alguien en Catalunya que no estuviera allí?) Decidí intentar agilizar el proceso, haciendo preselecciones: describí los perfiles concretos que buscábamos y pedí que el resto dejaran datos para posible figuración y se fueran a casa. ¡Y protestaban! Alguien llegó a gritar que quería una frase, no una simple figuración.
Sé que puedo parecer cruel exponiéndolo así, pero ayer un amigo mío que es actor vio la cinta del cásting y se llevaba las manos a la cabeza. Por cada persona que realmente merecía la pena ver, otros 30 se habían colado por en medio. Resultado: nadie pudo trabajar bien. Los que realmente valían no tuvieron tiempo de poder preparar bien la escena y dar lo mejor de sí mismos, ni nosotros lo tuvimos para poder explorar un poco más a esos actores.
Pero reconozco que el error fue mío: no me acordé de que vivimos en el país de las 8 ediciones de Gran Hermano, Operación Triunfo, La casa de tu vida, El bus, y un largo etcétera. Donde cuado la gente ve una cámara enseguida corre mientras se repeina con la mano para intentar salir en el plano... En definitiva, un paraíso Warholiano. Todo por la fama. Todo vale.
Mamá, quiero ser famoso (parafraseando el título del espectáculo de La Cubana)
13.10.05
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1 comentario:
"y para ellos una italiana es una chica nacida en la bota de Europa, en vez de una lectura desdramatizada de un diálogo"
guau, es cierto eso de que nunca te acostaras sin saber algo nuevo!
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