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1.12.04

Trueques barceloninos

Leyendo el periódico he encontrado una noticia que cuando menos me ha parecido curiosa: "Barcelona extiende el plan para fomentar el trueque entre vecinos". La iniciativa se llama Banc del Temps (Banco del Tiempo para los no-catalanoparlantes) y consiste en crear lugares donde la gente se pueda poner en contacto para intercambiar servicios. De momento este peculiar punto de encuentro está ubicado únicamente en algunos barrios, pero parece ser que la intención es exportarlo a toda la ciudad e incluso por internet. Ponen en la noticia algunos casos, como el de una masajista que hace masajes gratuitos a cambio de que, por ejemplo, le cambien un enchufe en casa.

Me he quedado con la boca abierta. En el buen sentido, por supuesto. Yo normalmente soy de los que piensan que esta sociedad en la que vivimos está podrida. Pero por suerte constantemente consiguen sorprenderme positivamente. Éste es uno de esos momentos.

En realidad, a nivel de vecinos no me puedo quejar demasiado, vivo en un edificio bastante atípico. Tengo una gran cantidad de vecinos, y hay todo tipo de casos, pero en general hay bastante buen rollo...
Cada año se celebra una calçotada, y quien quiere se apunta. Va mucha gente del edificio. Alquilan un autocar (para poder beber en la comida sin problemas), van a visitar alguna cava o alguna fábrica de galletas, aceite o lo que sea (donde acaban comprando productos); luego al restaurante, donde los calçots ejercen ese estupendo hechizo gracias al cual podemos ver gente de todos los niveles sociales y económicos igualados, con el babero y los dedos manchados de hollín y salsa romesco. Finalmente empiezan las canciones y los chistes, y luego la vuelta a casa (cantando en el autocar, ¡faltaría más!).
También por nochebuena se organizan cenas, en uno de los pisos, para aquellos que no tienen con quien pasar esa noche.
Y cuando una pareja celebra su aniversario de bodas (bodas de plata, o de oro), se le hace una fiesta sorpresa. Pero de las curradas: hay comité organizador que decide el tema de la fiesta, los disfraces, la decoración, el regalo, incluso a veces se rescribe la letra de alguna canción...
Lástima que ya no esté libre un piso que había vacío, que pertenecía a unos vecinos. Allí se celebraban todas estas fiestas, e incluso se llegaron a dar clases de bailes de salón y de tai-chi.

Pero esa no es la norma. Lo más habitual es vivir en un mismo vecindario durante muchos años y ni siquiera saber el nombre de los que viven puerta con puerta con nosotros (no vale mirar el buzón). Lo normal es cagarse en sus muertos por las noches cuando queremos dormir y ellos discuten o tienen la televisión muy alta o están escuchando música... O lo contrario, querer disfrutar de una buena película pero que esos malditos tipos no te dejen escucharla a un volumen decente (y es que siempre tendemos a mirar las cosas sólo desde nuestro punto de vista). Así que de hacerse favores ¡ni pensarlo! ¿Qué se habrán creído esos, que les voy a revisar la instalación de la tele? Mejor que siga estropeada, así no molestarán... ¿Se les ha acabado el aceite y es domingo? ¡Que vayan a un restaurante y suelten algo de dinero, los muy tacaños!

De ahí mi alegría al ver esta alternativa a la vida cotidiana de todo vecindario que se precie. ¡Qué maravilla poder ayudar a otros y ser ayudado por ellos! ¡No tener que pagar un dineral abusivo y excesivo para que te venga un técnico, te mire durante menos de 10 minutos la caldera de la calefacción y te diga: "está estropeada, son 300€ por la visita; y si quiere que la arregle le subirá bastante" (¡pues claro que está estropeada! Por eso le llamé en primer lugar...)! Y es que con la tontería esta del euro, la vida ha subido mucho: lo que antes costaba 100 pesetas, ahora 1,00€, en vez de 60 céntimos. Excepto los sueldos: el que cobraba 100000 pesetas no cobra 1000,00€, sino 600€, que en realidad es un redondeo hacia abajo...

Además que así tal vez por fin la gente empiece a pensar un poco más en los otros y se dejará de mirar tanto el ombligo.

¡A ver si llega el Banc del Temps a mi barrio, que quiero que me hagan masajes gratis!

1 comentario:

Hugo C. dijo...

Ah, pillín!!!
Ya me chivaré a Miss Weird de tu búsqueda de masajes gratis... ¿qué le vas a hacer tú a cambio?

Con lo de los vecinos... el de la puerta de al lado nos espía. Bueno, yo creo que es borderline, simplemente, pero eso de que abra la puerta de su casa cada vez que salgo del ascensor para entrar en la mía... me da mal rollito.