NOVEDADES MIKE AND JOE

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26.12.04

¿Sobreviviré?

El día de navidad va quedando atrás. Poco a poco voy volviendo a respirar. Aunque tampoco este año he salido ileso.

En nochebuena nos llamó una amiga de la familia, que vive en León, y que vive con su propia tragedia, que este año ha aumentado. Lloró por teléfono.

Mis deseos de este año no son tan estúpidos como paz en el mundo... Me gustaría poder aplacar el sufrimiento de la gente. No me gusta ver a personas a las que quiero sufriendo. Daría lo que fuera por poder ser yo el que está en su lugar. Por poder ser quien lleve su carga sobre los hombros. Poder absorver las desgracias y meterlas en un saco.

La vida continúa. La vida se detiene a veces. Por el camino quedan aquellas cosas que nos hacen inmortales. La vida después de la muerte es posible; tal vez no como en esos relatos que tanto nos gustan, pero sí en una forma más sutil e incluso más romántica: a veces conseguimos llegar a las personas que nos rodean, de forma que cuando dejamos de estar ahí físicamente, seguimos como un recuerdo, una imagen, una sonrisa, a veces incluso una lágrima.

En Nochebuena hizo 2 años que murió mi tío. Estuvimos cenando con mi tía (su mujer), en casa de otra tía mía. Tuve por un momento el recuerdo de aquella noche, que estábamos cenando en esa misma mesa, cuando sonó el teléfono para darnos la trágica noticia. En silencio, para mis adentros, le dediqué un brindis. Por haber sido para mí algo más que el marido de la hermana de mi padre. Por haber sido casi como otro abuelo. Mis tíos son bastante mayores que mis padres, y vivieron la desgracia de ver morir a su único hijo cuando aún era muy pequeño. Se volcaron en mi hermana y en mí mismo como si fuéramos esos hijos que nunca tuvieron. Incluso a veces pasé algunos días en su piso, cuando mis padres iban a Irlanda en verano a llevar un grupo de estudiantes a aprender inglés.

Cuando pienso en mi tío siempre sonrío. Algunas veces me pongo triste cuando me viene a la cabeza la imagen de un día que le fui a ver al hospital, uno de los últimos días, y le vi sufrir un ataque. Pero normalmente la imagen que tengo es de esas visitas que les hacía, y mi tía sacando el helado que nos comíamos mi tío y yo en cantidades industriales. Incluso ahora, escribiendo este texto, acabo de visualizar una imagen que no recordaba desde hacía mucho. De pequeño, en el salón de su piso, jugando a hundir la flota con mi tío, cuando yo era muy pequeño. O viendo la tele en un sofá comodísimo que siempre me apropiaba hasta quedarme dormido.

Dondequiera que estés, aún sigues vivo entre nosotros. Te lo dedico a ti. Feliz navidad.

25.12.04

El precio de las culturas

El Fòrum de les Cultures da sus últimos coletazos después de muerto. En cierto modo es normal, no olvidemos que fue un D.O.A., ya estaba frío y rígido en el momento de su concepción.

Y ahora ha vuelto de entre los muertos para lanzar su última carcajada (al menos, espero que sea la última; tiemblo de pensar en cómo sería una más...). Se han hecho públicas las cifras de tan magno acontecimiento: 400.000€ de déficit. Y todos sabemos de dónde va a salir esa cantidad.

¿Cómo podemos tener un alcalde tan inútil? En pocos años está convirtiendo Barcelona, una ciudad que estaba abierta al mar, que tenía un aire europeo como París, en una mole que pretende imitar a NY. Rascacielos y torres raras que nos tapan la visión del Mediterráneo, que crean un skyline horrible.
Por si eso no fuera poco, nos deleita con imágenes como la que presenciamos durante la rua de carnaval ofrecida por Carlinhos Brown el verano pasado. Allí pudimos ver a nuestro barceloní Joan Clos subido a una carroza, "bailando" (permitid que lo entrecomille...). Esa situación además sirve de bella alegoría del mundo político: mientras el verdadero artista de la función está a pie de calle cantando y bailando con la gente, el alcalde está subido a la carroza, por encima del populacho, en su propia fiesta particular, donde las cámaras puedan verle bien.
¡Pero no se vayan todavía; aún hay más! Cada vez que comparece en el pleno del ayuntamiento, los humoristas radiofónicos se preparan para hacer sus programas. Cuando Clos abre la boca, siempre acaba soltando perlas lingüísticas, gramaticales, fonéticas... Como sus "amb sense aturador", o "els anys perduts de vida abans de que et toqui morir, diguem".

Eso sí, ahora por una vez será él quien se ría. Se ha gastado nuestro dinero en el acontecimiento más inútil de la historia de nuestra ciudad. Al menos, desde el punto de vista del ciudadano de a pie. Para los empresarios hoteleros y los especuladores inmobiliarios ha sido un regalo caído del cielo. La zona del Besòs se ha limpiado de chabolas que afeaban el panorama, y en su lugar han plantado enormes hoteles y edificios a precios más increíbles que el diseño del edificio de gas natural. Y ahora las chabolas están junto a la autopista de Sabadell.

¿Hasta dónde va a llegar? ¿Hasta el punto de que odiemos nuestra ciudad, de la que siempre hemos estado orgullosos, sobretodo después de las Olimpiadas? ¿Hasta que la gente de clase media deje de vivir en Barcelona? ¿O simplemente hasta que se le acabe el chollo?

¡Maragall, por favor, deja la Generalitat y vuelve a la alcaldía! O que venga el Trias, aunque sea de CiU...

Carlinhos Brown for major!!

24.12.04

Deudas de sangre

Anoche fui a cenar a un japonés cerca de la calle Ferrán. A las 21.30 llegamos a la esquina con Ramblas, y asistimos a un espectáculo propio de 28 días después.

Cabinas de teléfono implosionadas, cajeros destruídos, locales de fast-food arrasados, restos carbonizados, pánico general...

Pregunté a un camarero qué había pasado y me dijo que una manifestación de okupas y anarquistas. Al menos, iban todos con sus símbolos.

Protestaban contra la violencia skin-head que durante las fiestas de Gracia acabó provocando una víctima mortal. Es un motivo encomiable a la hora de hacer manifestaciones. La verdad es que la violencia neofascista (incluyo tanto los neonazis como los neofranquistas) es un lastre de la sociedad en la que vivimos. Existen cada vez más grupos que usan la violencia contra los demás como seña de identidad. Incluso hay grupos femeninos que llegan a dar más miedo que los masculinos, como las skingirls.

Hay un dicho que dice que si no puedes con tu enemigo, únete a él. Pero no nos equivoquemos: no podemos luchar contra la violencia siendo violentos. No podemos aprovechar cualquier excusa para destrozar cajeros y mcdonalds. Una cosa es una manifestación antifascista o pacifista, otra anticapitalista. Y aún otra cosa es el puro vandalismo. Además, ¿qué culpa tienen de todo ello los pobres chicos y chicas que atienden tras el mostrador del mcdonalds durante horas y horas y que cobran a veces sueldos irrisorios? Ésos son los que reciben los golpes de esos "anticapitalistas", ésos los que se asustan cuando ven sillas atravesar las ventanas...

Se supone que somos seres civilizados, y si criticamos a un sector por ser violento, ¿cómo podemos legitimar nuestra palabra si hacemos lo mismo que ellos?

El post más corto...

¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS Y TODAS!!!!

Pues eso.

22.12.04

Un chorro de optimismo

Estoy contento. Agotado hasta decir basta, pero contento.
Por si no tenía bastantes proyectos abiertos, ya me he enfrascado en uno más, mi primer largo, que espero que llegue el año que viene.

De momento he empezado a escribir algunas escenas, y ya tengo definidos los protagonistas y el argumento. También las tramas de cada personaje. Incluso tengo pensados a la mayoría de los actores. El único problema es que ellos aún no lo saben. Sin embargo, hoy lo he comentado con una de las actrices, que se ha entusiasmado. Por ahora parece que la idea gusta. Hace reír, que es la intención. Eso me hace feliz.

Por si fuera poco, el proyecto que tengo para serie de cómics va avanzando. Poquito a poco, pero cada día está un paso más cerca. Ayer el dibujante me dijo que tiene novedades y sorpresas para mí, que el nivel está subiendo. A ver si cuando esté acabado lo vendemos y da frutos.

Hay días que me siento perdido. Demasiados proyectos, demasiados cajones etiquetados en mi mente, que la pobre no da para más. Hay días en los que tengo la impresión de estar abarcando más de lo que puedo; me pregunto qué demonios estoy intentando demostrar. Hay días en los que lo dejaría todo por falta de energías.

Y luego llegan esos días en los que la gente aprecia tu trabajo. En los que allí en el horizonte puedes atisbar un punto distinto de esa eterna línea plana. Y sabes que ese punto va a ir creciendo hasta tomar forma. La forma que convierte un proyecto en un producto. Tal vez estos proyectos lleguen a buen puerto; tal vez no. Pero estoy dispuesto a dar todo lo que tengo por llevarlos al menos hasta el final del proceso, hasta poder ponerles la etiqueta de "completo". Luego ya se verá. A lo mejor aún tengo que madurar profesionalmente. Seguro. Pero para ello hace falta trabajo y dedicación, y por fin estoy en ese momento en que tengo ganas de poner un poco de ambas.

Me siento optimista. Y en navidad. Eso es más de lo que puedo pedir. En cierto modo, me ha tocado la lotería, aunque no económicamente.

21.12.04

Terror festivo

Esta semana es Navidad.

Sí, vuelvo a mi tema recurrente preferido. Así que si te cansa, no leas más. Pero esta vez no voy a hablar de la fiesta en sí, con ese tono de El club de la comedia de otras veces. Hoy, en un momento egocéntrico (uno de tantos), voy a hablar de mis navidades.

No em barrufa la Navidad, como diría el pitufo gruñón (lo siento, pero estoy más acostumbrado al barrufar que al pitufar). Y es que cada vez más son unas fechas que miro temblando, preparado para la caída del zapato. En su obra Sin la sombra de las torres, Art Spiegelman descubre el significado de una tremenda metáfora: tirar el otro zapato. En una tira muy breve, un hombre llega por la noche borracho a casa. Se quita el primer zapato, que cae de forma muy ruidosa al suelo. El segundo se lo quita con cuidado para no molestar a los vecinos y se va a dormir. Un rato más tarde los vecinos de abajo le gritan que lance el otro zapato para poder irse a dormir tranquilos.
El estado de espera es peor que las sorpresas desagradables. Cuando tenemos una expectativa, ya sea positiva o negativa, nos quedamos sin poder hacer nada.

Eso es lo que me pasa en Navidades. No en el día de Navidad en sí, sino en todo el período festivo. Sé que algo pasará. Siempre pasa algo.

De pequeñito, salí de casa el día 31 a comprar un par de cosas al mercado de Les Corts, mi antiguo barrio. Por el camino, fui víctima de mi primer atraco. Volví a casa temblando, asustado, buscando el cobijo de lo conocido... Para oir en boca de mis padres que mi abuelo acababa de morir.

Otro año decidí irme de vacaciones a Londres. Un amigo se vino un par de días, y yo me quedé un total de ocho. O debería decir nueve. El día de mi regreso, nevó. Nevó tanto que la pista de aterrizaje se heló y me cancelaron el vuelo. Tuve que pasar la noche en el aeropuerto, sin nadie a quien conociera, con mi maleta a rastras cuando iba al lavabo, soportando la megafonía que no dejaba dormir. Y es que como eran motivos ajenos a British Airways, no nos dieron ni alojamiento ni cena ni nada. A las 6 de la mañana fui a embarcar al primer vuelo a Barcelona. Me dijeron que no tenía plaza garantizada. Se guardaban mi billete hasta 10 minutos antes del despegue. Si entonces faltaba alguien del pasaje, yo me quedaría con su plaza. Si llegaban todos a tiempo, pues a esperar al siguiente vuelo, a las 3 de la tarde. Mismo sistema, y si no, a Luton, a la otra punta de Londres... Tuve suerte, con las carreteras heladas falló medio pasaje y me dieron asiento en primera clase. Pero lo habría disfrutado más si no fuera por el momento en que los motores del lado derecho dejaron de oirse, y el avión cayó en picado unos segundos que parecieron horas, justo cuando estábamos sobrevolando los Pirineos...

Y aún otro año más, fuimos a cenar a casa de mi tía en nochebuena. Durante la cena sonó el teléfono. Se hizo el silencio, porque ya sabíamos todos qué clase de noticias eran. Nos llamaban del hospital, donde mi tío llevaba ingresado ya mucho tiempo, empeorando día a día por un cáncer ya en estado terminal contra el que llevaba luchando más años de los que he vivido yo. Esa noche lloré por primera vez en más de diez años.

Por eso cada año cuando llegan estas fiestas me asusto. Son fiestas gafes, que no me alegran el espíritu. Pero no quiero ponerme pesimista, sólo catastrofista. Intento no deprimirme, simplemente me preparo para el golpe del otro zapato. Por lo demás, pienso disfrutar cada día que pueda en estas fiestas.

Al menos todo lo que me permita el trabajo...

20.12.04

Lágrimas con forma de euros

¿A qué clase de sociedad hemos llegado? ¿Dónde está la humanidad en este mundo "civilizado" de occidente? ¿Qué valores hemos puesto en la cima de la escala?

Ayer me tocó pasar toda la tarde en mostrador. Vi de todo y más. Pero un caso me impactó. Una mujer de mediana edad vino a devolver un teléfono inalámbrico de 80 y algo euros. Lo había comprado el 20 de noviembre para regalárselo a su marido por su cumpleaños, que fue hace 2 días. El vendedor de turno le dijo que no había problema: si a su marido no le gustaba, incluso aunque lo hubiera probado, podía volver a cambiarlo e incluso devolverlo.

Primer problema: pasados 7 días la devolución no es posible, a menos que el tíquet lleve un sello firmado con fecha del día de compra y la nueva fecha de extensión (en este caso como mínimo el día de ayer). Pero ese vendedor se pasó eso por el forro, ansioso como estaba por vender y probar a llegar a los objetivos de la sección para llevarse una nimia comisión a final de mes.

Llegó el día del cumpleaños y la buena mujer le dio el regalo con toda la ilusión del mundo al marido. Éste lo abrió y primero decidió probarlo, por demostrar que aprecia la sorpresa de su mujer. Sin embargo, se lo repiensa y, ya que a veces van algo justos de dinero, cree más útil comprar herramientas para la casa, como un taladro o destornilladores.

Nuestra mujercita coge el regalo y vuelve a la tienda para ver si puede recuperar el dinero para hacer la otra compra. Como en este establecimiento no se venden herramientas se trataría de devolver el dinero para que lo usara en lo que realmente necesitaba.

Vi el tíquet y el problema. Llamé a mi supervisor que fue tajante: no hay dinero (a todo esto, yo tenía delante las cifras de venta del día en todas las sucursales de España, y sólamente en las 3 que hay en Barcelona a esas horas ya superaban los 700000 euros de caja). Tras explicar el caso, dijo que por ser fechas navideñas y como caso ultra-mega-híper-especial (y asegurarse de que se lo hacía saber a la clienta) se le haría un vale de compra para que se gastara ese dinero en otros artículos.

Se lo expliqué. Casi se me echa a llorar. Se me cayó el alma a los pies.

Volví a llamar al supervisor, que se negó a subir al mostrador (dijo tener algo importante entre manos que no podía dejar... ¿hay algo más importante que una señora al borde de las lágrimas?), pero volvió a dejar claro que nada de devolver el dinero. Me mandó buscar a otro supervisor.

Le encontré (al otro) y volví a relatar el caso, mientras la mujer le volvía a explicar la situación a mi compañera de mostrador. Finalmente conseguí que este otro supervisor viniera. Le enseñé el teléfono de la discordia, que estaba en perfecto estado.

Acabó firmándome una autorización para devolver el dinero.

Ayer, por unos segundos, existió la justicia en el mundo consumista. La mujer se pasó los siguientes minutos agradeciendo el gesto hecho por ella. Viendo esa sonrisa auténtica llegar a una cara que un momento antes trataba de esconder unas lágrimas que se iban formando poco a poco, ¿a quién le interesan las comisiones? A mí NO.

19.12.04

Darwin se equivocó

Los de seguridad de la tienda en la que trabajo estas navidades han pillado a una joven asiática robando. Se llevaba (o intentaba) una funda para móvil, de esas de punto, que parecen calcetines que uno compraría en el Prénatal. El artículo en cuestión tiene un valor de 2.95€.

El precio a pagar por ser atrapado robando es el de tener que comprar el objeto, y sellan el tíquet para impedir una devolución. Si el precio supera un determinado nivel, además se llama a la policía. Éste no era el caso. La cuestión es que la chica pagó, pero luego se negó a llevarse el "cuerpo del delito" a casa. Dicho de otra manera, regaló esos 2,95€ a la tienda. ¿Por qué?

Porque, reconozcámoslo, nos movemos por instinto. Aquí posiblemente el tema no era conseguir esa funda sinó llevarse algo de forma ilegal. Era la búsqueda de ese subidón de adrenalina, ese éxtasis del peligro que se obtiene cuando hacemos lo que no nos está permitido.

Según Darwin el homo sapiens está en la cúspide de la escala evolutiva. Se nota que el que "inventó" esa escala era un homo sapiens... Intentemos buscar las diferencias que nos separan de otras especies animales que supuestamente están por debajo nuestro. Igual que ellas el instinto nos puede; por mucho que seamos racionales (aún nadie me lo ha demostrado), nos vemos dominados por las "necesidades biológicas", como el comer o el sexo.

Hace años se hizo un experimento con ratas. No lo describiré aquí en detalle porque no quiero equivocarme (si me lee alguien que sepa los detalles, que los comente, por favor). Pero creo recordad que consistía en que algunas ratas se les ponía comida en un lado y en el otro un botón que cuando lo apretaban se les inyectaba una droga. Y muchas murieron de sobredosis.

¿Nadie ve el parecido con el comportamiento del homo sapiens?

Se supone que somos capaces del raciocinio. Sin embargo un simple vistazo a un periódico cualquiera nos demuestra cómo los más bajos instintos nos llevan a cometer las mayores atrocidades, como la violencia de género, las guerras, la sobreexplotación del mundo para obtener riquezas, etc...

Tal vez ahí radique la diferencia: los demás animales tienen instinto de supervivencia y conservación, que incluye, en la mayoría de los casos (excepto en los parásitos y las plagas) un cierto mecanismo que permite también la conservación de su entorno natural. Nosotros simplemente nos cargamos todo lo que nos rodea si creemos que sacaremos provecho. A veces incluso cuando sabemos que no sacaremos nada, sólo por el placer de destruir.

Ah, sí, y también somos la única especie que practica el sexo mirándose a la cara...

17.12.04

Con ganas de gritar

Hoy ha sido uno de esos días en los que no debería haberme levantado de la cama. Pero por desgracia existen los compromisos ineludibles (pongamos por caso el hecho de tener un trabajo al que tengo que asistir).

Podría decir que mi día ha empezado a eso de las 5 de la madrugada, cuando me he despertado víctima de un terrible picor tanto en la muñeca derecha como en uno de los nudillos de la mano izquierda. Al principio no he reaccionado; aún era víctima del sueño, todavía viajaba por la barrera que separa las ondas alfa y beta, buscando mi camino hacia la consciencia para averigüar qué era ese picor. Y vaya si lo he descubierto. Al instante un zumbido huracanado ha pasado junto a mi oído: un mosquito cabrón (me disculpo de antemano porque muy posiblemente hoy este post se verá salpicado de tacos; a quien no le guste, que le jodan). Yo ante los mosquitos que ya me han picado sigo un proceso ensayado. Primero he salido de la habitación asegurándome que cerraba bien la puerta para que no escapara. Después he ido a ponerme talquistina en las picaduras porque las muy jodidas no me dejaban pensar. He vuelto a mi habitación (cerrando nuevamente la puerta, esta vez por dentro) y he encendido la luz. Con una chancla (es lo que uso de zapatillas) en la mano me he sentado a esperar. Cuando me he cansado de esperar (¿es que tienen radar? ¡se pasan el rato zumbando y cuando intentas observarlos, se paran fuera del campo visual!) me he levantado y he dado una vuelta a la habitación (es pequeña así que he acabado pronto), y he visto que estaba encima de la cama. ¡Zas! Un mosquito menos en el mundo (lo siento por la gente con conciencia ecológica o defensora de animales, pero a mí no me chupa la sangre ni mi madre).

Mi siguiente inicio del día ha sido algo más tarde, casi a las 10. Teniendo en cuenta que me dormí más tarde de las 2 y he tenido la interrupción mosquitera, concluímos que no he dormido ni 8 horas. Pero ya no conseguía dormirme, así que me he levantado.

Por la mañana no ha habido demasiada novedad. Adelantando algo de curro (gracias a una llamada de mi socio recordándomelo; lo que me recuerda que he olvidado llamar al tío de la maleta... al menos he llamado al otro).

Por la tarde, a currar. He ido de buen humor. Como sabía que hoy me tocaba ir en la furgo pequeña a instalar yo solo, me he llevado cosas para hacer en ratos muertos, y llevaba (también para ratos muertos, no para la conducción) el discman con la banda sonora de la peli de Cowboy Bebop. La iba escuchando de camino a tienda, y me faltaba poco para ponerme a bailar al son de la música. Entonces he visto la ruta que tenía hoy...

Sólo 3 visitas. Hasta ahí bien. Pero (por supuesto tenía que haber un pero) dos de ellas eran home cinemas, que si se instalan entre 2 personas se tarda como mínimo media hora. Un sólo instalador puede tirarse fácilmente una hora o más. Y uno era en Sabadell. Y el otro me lo habían preparado en una caja tan grande que con los brazos totalmente abiertos apenas llegaba a los agujeros que hacen de asas. Me he quejado, y he recibido como respuesta de mi superior un "venga, que tú estás fuerte, eso lo mueves fácilmente". En fin, he acabado llevándolo y subiéndolo como buenamente he podido, a un CUARTO PISO SIN ASCENSOR. Y tras más de una hora instalando he tenido que buscar otro día para volver a configurarlo, ya que no me habían puesto uno de los cables.

De ahí a Sabadell. A las 5 de la tarde. Cuando los niños salen del colegio. Un viernes. Cuando la gente sale de Barcelona. Resultado: ¡he llegado a destino pasadas las 6 y media! Derivada del resultado: he tenido que llamar a cancelar la última instalación del día. Y he entrado a la 2a instalación. Más de una hora después, cuando estaba todo conectado por fin, encendemos y... no funciona. Mejor dicho, parte del equipo funcionaba y parte no. Así que hay que volver otro día para cambiar lo que no va.

Vuelta a la tienda. Son las 8 y cuarto más o menos. Mierda, eso quiere decir que llegaré tarde. No que haya bronca, sino todo lo contrario: mi turno acaba a las 9, y no pagan las horas extra. Por el camino recibo llamada de mi supervisor (o VQ), preguntándome por las incidencias. Se las explico. Las parece entender.
Por alguna extraña razón todo aquél que había salido de Barcelona antes ahora parecía estar volviendo. Es decir, que he tardado más de una hora en llegar. Hacia las 9 y 20 estaba llegando al mostrador, a guardar los papeles. Allí me esperaba una sorpresa.
Mientras yo no paraba de renegar, con un cabreo encima que no podía, un compañero (que me parece que también es VQ, pero por debajo del otro), decide hacer el gracioso comentario de "de rodillas y me lo explicas". Yo, ingenuo de mí, contesto que "sí, sí, estoy que me pongo a explicar". Resulta que sí que me estaba pidiendo explicaciones. Parece ser que por haber cancelado la 3a visita estoy convirtiéndome en un inútil principiante. Me estaban exigiendo que respondiera a por qué santísimos cojones no me había dado la gana de llegar a la última visita. Por qué no me había salido de los mismísimos hacer volar la furgo para evitar esos putos atascos que me han tenido horas de mala leche. Porque, según este compañero, él en su tiempo llegó a hacer hasta 4 visitas en un día. Ahí no me he podido aguantar y le he ladrado que "yo he llegado a hacer 5, ¡no te jode!" pero que daba la casualidad que nunca se suelen poner 2 puñeteros home cinemas, uno de ellos fuera de Barcelona, en viernes tarde, etc... para un sólo instalador. Al final parece que se ha calmado (yo no) e incluso ha verbalizado lo que ha sonado a mis oídos como una pequeña disculpa por exigirme explicaciones. Al menos lo ha justificado diciendo que a él le han obligado pedírmelas.
Lo que significa que mañana me las veré con mi VQ, que me las pedirá en persona. Espero tanto por él como por lo que me queda de contrato que me levante con buen pie. Hoy no me he contenido a la hora de gruñir y soltar tacos delante de mi compañero. Mañana puede que tampoco lo haga delante de mi jefe. No sería la 1a vez, aunque sí en este trabajo...

Dios mío, ¿tan sindicalista me he vuelto o es que me estoy encontrando a todos los gilipollas de este país? Porque menuda racha: el concierto de los Rolling Stones, en el que nunca me llegaron a pagar; la productora de cine en la que estuve 8 meses, que acabó con amenazas, abogados y denuncias con falsos cargos; y ahora esto...

Algo huele a podrido en el mundo laboral.

16.12.04

Retazos y retales

Hoy no estoy especialmente inspirado. Además estoy dolorido, ya que me acabo de golpear dos dedos con el marco de la puerta al salir de la ducha...

Tengo poco tiempo (hay que trabajar) así que me limitaré a soltar pequeños fragmentos que se me vayan ocurriendo.

La racha sigue. Al golpe de hace un rato le sumamos otro disgusto "amoroso". Ya hace días que Ella me venía dando largas cuando intentaba quedar. Ahora simplemente no da señales de vida. Supongo que es cierto que afortunado en el juego... Ya que esta semana llevo 2 prestrenos conseguidos por sorteo: Père et fils (lo mencioné hace un par de días) y The machinist, que vi anoche. Christian Bale da penita, ¡tan delgado! Cuando le cogen sin camiseta dan ganas de llorar. Además me sentí gordo, y eso que dicen que estoy en mi peso ideal...

¿Por qué todo el cine fantástico que se hace en este país es igual? A pesar de la mayoría de nombres que aparecen en la película, The machinist es catalana. Producción Filmax. Está rodada en Barcelona y alrededores, aunque maquillado todo para que parezca que estamos viendo los USA. Al menos, está hecho con más gracia de Faust. Pero realmente cada vez es más difícil distinguir una película de otra. Hace unos meses estrenaban otra producción fantástica (que no fantástica producción) de la Filmax: Hipnos. La historia, con cambios, es la misma: una persona a la que le pasan situaciones extrañas, gente que aparece y desaparece, gente que parece saber quién va a morir o padecer... También la fotografía, de Xavi Giménez en ambos casos es exactamente la misma. Cielo gris, luz ténue. ¿Acaso se rodaron de forma simultanea? Ya hemos llegado al punto en que nos copiamos a nosotros mismos. Se acabó la originalidad. Repetimos historias, imágenes... Claro que total, llevamos muchos años repitiendo candidatos a los Oscar (Garci, Almodóvar y más recientemente Amenábar). ¡Hay mucha más gente con talento por ahí! ¿Por qué siguen promocionando a gente que no necesita promoción y dejan que otros se mueran de asco intentando conseguir distribución? Por eso hay crisis en el cine español, es que no lo protegemos.

Y no hablemos del cine catalán. ¡Menos gastar dinero público en doblar Harry Potter al catalán y más inversiones en cine hecho aquí! Pero bien distribuido y bien gastado. Debería haber comisiones que se encarguen de seguir los gastos de ese dinero. Porque hemos llegado a situaciones en que sólo dan dinero a los que ya lo tienen, y no a los que lo necesitan. O le dan millones a gentuza que en vez de hacer una película se compran un Chrisler, hacen reformas en su casa, se van a Cuba de viaje...

Antes me estaba mirando el periódico. Dedican 2 páginas a hablar del caos que han organizado los señores de ERC en un año. Me parece lamentable que un grupo que está en el gobierno siga comportándose como si fueran un grupo de adolescentes con las hormonas subidas que salen con pancartitas a protestar contra el gobierno. Apoyo a esos adolescentes, pero critico a ERC. Especialmente al señor Carod Rovira, que ha conseguido que se deje de hablar de temas como el trabajo digno, la especulación inmobiliaria, la fuga de científicos a otros países por falta de medios en éste... para que todo el mundo discuta sobre si hubo presión contra la selección catalana de hoquey patines en Fresno o si nos hacen boicot al cava... ¡Centrémonos, por favor! "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". La frase del Tío Ben de Peter Parker se aplica a algo más que a Spider-man. Si formas parte de un grupo parlamentario y hay gente que te ha votado tienes un compromiso para con ellos. No puedes seguir chuleando a la gente y haciendo lo que te de la gana. Lo malo es que realmente la gente parece no darse cuenta de este desvío de atención...

Anteayer vi Kroko, una peli alemana de la que se puede leer más en http://poorblueliv.blogspot.com/, el blog de una petada con traumas insectiles pero que en el fondo no es tan mala chica... Me trajo muchos recuerdos. La protagonista era clavada a cierta italiana que todavía ronda por mi mente y mi corazón. ¿Por qué nos complicamos tanto la vida? Al menos está claro que a mí no me van las cosas fáciles. Mejor dicho, me encantaría que por una vez las cosas fueran fáciles, pero no creo que eso sea algo que me pase nunca. Tal vez debería escribir un libro: sería la versión masculina de Bridget Jones. Al menos así sacaría algo de provecho de todo esto.

Debo decir que algo de provecho sí que saco: tengo temas de conversación y fuentes de chistes. El otro día dio bastante de sí. Lo mejor es saber reírse de ello. Aún cuando a veces parezca darnos patadas. Especialmente en esos momentos. Es la forma de poder levantarte cada mañana. Y si no siempre se puede derivar el tema, y acabar hablando de juegos antiguos de ordenador, como Monkey Island, Space Quest y otros. ¡Qué tiempos aquéllos! Puede ser que la tecnología se haya superado, pero aún no han hecho ningún juego que me haya hecho soltar las carcajadas de Sam & Max Hit the Road o Day of the Tentacle o Space Quest V. ¿Qué se ha hecho de esas aventuras gráficas que imitaban los dibujos animados, con esa falsa perspectiva? Me parecen muy bien los motores 3D para juegos como el Quake, pero quiero un retorno a la originalidad del Fate of Atlantis.

Supongo que es cierto que todo tiempo pasado fue mejor... o no. Cuando menos, fue diferente, es pasado y será recordado con cariño.

15.12.04

Entremundos

He vuelto a coger el metro en la parada de Paseo de Gracia. Y nuevamente he visto al "tenor". Es un hombre de mediana edad al que se puede ver prácticamente a todas horas en el andén, en un rincón, ensayando el chorro de voz, cantando ópera. Ayer me fijé una vez más en él, y luego decidí dejar volar mi vista a lo largo del andén, buscando la reacción de la gente a ese hombre que inunda el silencio de ese túnel.

Nadie reaccionaba. Lo que tal vez hace años era un comportamiento que seguro despertaba curiosidad y alguna que otra risilla malintencionada ahora pertenece a la normalidad de la estación. Es un elemento más que sabes que siempre estará ahí, como los ratones de las vías o la música repetitiva del canal Metro. Ese hombre, al que antes la gente miraba fijamente pensando que estaba loco ha desaparecido. Ya no lo vemos ni lo oímos.

¿Con cuánta gente nos cruzamos cada día sin prestarles atención? Nuestra mente tiene la extraña voluntad de omitir todo aquello que no nos agrada. Especialmente todo aquello que nos pueda llevar a pensar cosas que no nos gustan. Por ejemplo, en estas fechas parece haber un aumento de indigentes por las calles, durmiendo en cajeros para no congelarse, entre cartones en portales, a veces compartiendo una caja entre varios. ¿Realmente somos conscientes de ellos? La respuesta, es que NO. Pasamos a su lado sin siquiera detectarlos, porque no nos interesan. No queremos conocer ese lado de la vida.

Ayer estaba en un bar y pasaron tal vez hasta 8 vendedores de rosas. Algunos prácticamente me metieron la rosa por la nariz para llamar mi atención. Al principio me molesté. Luego pasé a hacer bromas. Pero la verdad es que si simplemente se pusieran junto a la puerta, o en mitad del bar, ¿alguien se daría cuenta de que están ahí?

Eso me recordó una magnífica serie de 12 cómics, escrita por J. M. Straczynski titulada Midnight Nation. Es una serie que inspira. Un policía debe hacer un viaje para recuperar su alma robada. Y se mueve a través de Entremundos. No es un mundo paralelo ni nada por el estilo. Entremundos forma parte de nuestro mundo, pero incluye todo aquello de lo que nosotros prescindimos: callejones que no utilizamos, cabinas que están eternamente rotas y a las que ya ni nos acercamos, basura, y sobretodo, gente a la que no queremos ver. En su camino se encuentra con un hombre que fue despedido por reducción de plantilla y que nunca más volvió a conseguir trabajo; la gente lo dejaba de lado hasta que un día dejaron de verle: pasó a Entremundos. Y de historias semejante, la serie está plagada. La vida está plagada. Pensemos un poco en hasta qué punto somos conscientes de esos extraños seres que pueblan las esquinas de nuestra visión; la gente a la que hemos conocido pero finalmente hemos decidido dejar de lado sin previo aviso; los objetos abandonados al fondo de nuestro armario, que compramos o pedimos en su momento porque "lo necesitábamos" pero ahora sólo crían polvo (y que seguramente harían feliz a más de un niño que no tendrá regalos estas navidades porque su padre se lo gastó todo en alcohol o porque apenas ganan dinero para malvivir).

Hagamos todos un examen de conciencia. Aprovechemos al máximo el tiempo que tenemos con la gente que nos rodea. Esforcémonos en hacer más agradable el ambiente tanto con los nuestros como con aquellos desconocidos con los que tal vez nunca cruzaremos una palabra, pero por qué no, siempre podemos cruzar una sonrisa. Aquella dependiente del restaurante de fast-food, que cobra una miseria; ¿verdad que no nos cuesta nada al acabar tirar nuestra propia basura a la papelera?. Aquel vendedor colapsado por las colas navideñas; ¿tan difícil es ser paciente y comprender que intenta dar el mejor servicio posible a cada cliente?

Somos egoístas. Sólo pensamos en nuestro placer y nuestra comodidad. Primero nosotros y después el mundo. O mejor aún: nosotros nosotros nosotros. Y el mundo que se joda.

Así no vamos bien. Acabaremos engullidos todos por Entremundos.

14.12.04

Padre e hijos

Anoche en el cine verdi asistí al prestreno de Padre e hijos (Père et fils), una película francesa sobre relaciones familiares. En ella, un padre (Phillipe Noiret, el proyeccionista de aquella magnífica Cinema Paradiso), harto de ver cómo dos de sus tres hijos no se hablan desde hace años, aprovecha un ataque de fatiga para hacerles creer que se está muriendo, y se los lleva de viaje a Canadá.

La película es muy recomendable, sobretodo por ser capaz de tocar unos temas tan sensibles como el aprovechar el tiempo que queda con la gente a la que quieres y a la que no (palabras del director, no mías) de forma que cuando menos te hace sonreír, sin caer en la frivolidad ni el dramatismo barato.

Pero lo interesante vino después. Hubo coloquio con Michel Boujenah (director y guionista) y Pascal Elbe (guionista y actor). Al principio parecía Boujenah estar rozando esa delgada línea que separa al gracioso del graciosillo. El encargado de presentar la velada fue un crítico de El Periódico, joven, tímido, nervioso. Parecía el típico empollón de la clase, el marginado, el que siempre levantaba la mano y sacaba buenas notas, y los demás lo dejaban de lado muchas veces (ains, que recuerdos me trae...). Empezó hablando mucho. Antes de la proyección presentó la película durante unos 10 minutos, y cuando le cedió el micro a Boujenah, éste comentó: "si hablo como él no vemos la peli hasta mañana". Y después de los créditos, volvieron para ese coloquio popular. Y Boujenah volvió a atacar. En un par de ocasiones corrigió comentarios del joven periodista, que claramente no cayeron muy bien (su cara era un poema).

Por suerte luego empezaron ya las risas por uno y otro lado. Aunque Boujenah parecía tener un placer especial en hablar durante diez minutos antes de pasarle el micro al traductor simultáneo, quien se las veía y deseaba para acordarse de todo.

En cambio, Pascal Elbe dio muestras de un humor mucho más sano. Si se metía con alguien era con Boujenah o consigo mismo. Creó una complicidad con el patio de butacas que no consiguió Boujenah con sus bromas hirientes. La gente se reía con él.

Y es que tal como dijo el director ayer, hacer reír es mucho más difícil que hacer llorar. La risa necesita un ritmo, una complicidad, un "pacto" si se quiere llamar así. Lo que nos hace reír a nosotros molesta a gente de nuestras antípodas. No existe el humor universal. Pero se pueden establecer los códigos que nos permitan entrar en ese humor que se nos muestra. Siempre que exista un respeto mútuo, cosa que anoche no sucedió con el director, que intentó sin conseguirlo.

Por suerte sí que lo consigue en la película. Será que influye el hecho de haberla escrito con otras dos personas...

Otra cosa que también hay que reconocerle es el momento en que reclamó que los premios dejen de darse a los dramas y se den a las comedias (algo que llevo años pidiendo). ¿Por qué cuando tom Hanks hace de enfermo de Sida o de retrasado mental se lleva un Oscar(R) y cuándo Steve Martin se convierte en el director/productor de cine más cómico en Bowfinger nadie reconoce que es una de las comedias más inteligentes de los últimos años? Espero que esto cambie, que quiero dirigir una comedia el año que viene...

¡Mientras, intentad reír todos un poco, que dicen que alarga la vida! O cuando menos, fortalece la amistad conseguir un ambiente agradable a tu alrededor. ¡Ponga una sonrisa en su vida!

13.12.04

Confusión

Llevo una hora delante de la pantalla. He escrito ya hasta 3 textos diferentes, pero los he acabado borrando todos: no me convencen. No es cuestión de ser perfeccionista, supongo que hay temas que no quiero o no estoy preparado para discutir, para exteriorizar aún. Tal vez es que no sé hacerlo.

Últimamente estoy muy confuso. El trabajo, los proyectos, los sentimientos... Tengo demasiadas cosas en la cabeza. Y todas ellas son preocupaciones. Necesito que algo salga bien.

Demasiados interrogantes; demasiados paréntesis abiertos que precisan un cierre. Funambulismo en la cuerda floja, a mil metros de altura, sin red que pare mi caída. Trabajo muchas horas, y cuando salgo me dedico a darle vueltas a los proyectos de Fent Films; a mis problemas personales: gente que ha desaparecido sin previo aviso (¿dónde estáis? ¿por qué ya no queréis saber nada de mí?), gente que espero que no desaparezca (e incluso que estrechemos vínculos, de amistad con unos, afectivos con una), mis sentimientos hacia ella (¿son auténticos? creo que sí; ¿siente ella lo mismo? no lo sé; ¿sabré lanzarme? ¿lo haré bien? ¿seré correspondido? ¿habrá conocido a otro?)... Tengo a la neurona sobresaturada, saltando de un tema a otro para volver a reenganchar el primero antes de ir al tercero. El resultado es que quiero hacer tanto que no hago nada.

Tan sólo logro a duras penas actualizar este blog de forma diaria. Si ayer no lo actualicé es porque a las 8 de la mañana me fui a Montserrat a trabajar en un proyecto propio para luego irme a seguir trabajando (esta vez en el único empleo que me proporciona algo de dinero en vez de quitármelo). Al volver a casa estaba tan agotado que simplemente vi Friends y Sex in the city mientras cenaba y me fui a dormir.

Necesito vacaciones...




Pero también necesito dinero, tiempo, medios, y a alguien a mi lado para darme apoyo.

11.12.04

Clases y porteros

Durante estas navidades estoy trabajando de instalador para la fnac. También lo hice el año pasado, durante los 3 meses de verano. En este tiempo me he encontrado todo tipo de situaciones, pero hay algunas que me han llamado la atención.

Hoy hemos instalado una televisión de plasma en un piso de 250 metros cuadrados (según el portero, muy al tanto de todos los movimientos de la escalera). El pisito no era sinó el nidito de amor de una pareja joven, que difícilmente tendrán problemas para llegar a fin de mes. Para los que entiendan de inmuebles en Barcelona diré que estaba en pleno Paseo San Juan. En el momento en que hemos llegado, mientras instalábamos la tele, a nuestro alrededor pululaba un enjambre de transportistas de mudanzas y paletas. Estaban preparando el piso: la cocina aún estaba a medio hacer, los enchufes funcionaban a medias, los muebles tenían un plástico que los cubría... Eso sí, en mitad del salón había un cuadro ya debidamente colgado, con las únicas 3 bombillas que estaban puestas y funcionando (eran luces halógenas; el resto de lámparas del piso eran focos como los de fotografía, puestos para poder ver mientras trabajaban) iluminándolo para que los humildes trabajadores pudiéramos deleitarnos contemplando embelesados tan magnífica pintura. Pero no demasiado, que la madre de uno de los tortolitos (aunque el tamaño del culo de la mujer no da pie a diminutivos, y siento ser tan malo pero no me lo podía aguantar...) estaba controlando cada movimiento de cada persona. A nosotros no ha tardado en soltarnos un "¡y dejad la tele bien sintonizada!" (señora, ése es nuestro trabajo).

Hemos instalado el aparato en cuestión, y cuando el marido ha comprobado el mando y sus funciones... ¡oh! ¿y la función pip? Precisamente la compramos por el pip. (La función pip permite partir la pantalla en 2 y ver dos cadenas a la vez; básicamente la mayor estupidez en lo referente a televisión de consumo que se ha inventado nunca, sobretodo si no conectas ningún aparato a la tele). Cuestiones técnicas aparte, por fin acabamos, y procedemos al cobro pendiente: los 219€ del pie de la televisión. Mientras firmamos el papelito, el hombre nos da 220€ y con un tono de benevolencia máxima con el que seguramente César se dirigía a los presos a los que decidía perdonar la vida o como el que debió usar el capitán del Titanic al ceder su puesto en los botes salvavidas, nos dice que "es igual, el cambio para vosotros"... ¡Un euro! ¡A repartir entre dos personas! ¡Eso sí que es ser generoso!

Sé que suena a desagradecido. No es así. Yo nunca espero que me den propina. Aunque debido al desgaste de cargar objetos pesados, y la necesidad consiguiente de tener que reponer azúcares, siempre agradezo la ayudita para mi merienda. Sea del importe que sea. Lo que no aguanto es la humillación. El tono de ese hombre ha sido el de un noble a un plebeyo del menor rango, alguien a quien ni siquiera se mira a la cara.

Para bien o para mal vivimos en una sociedad de clases y clasista. Yo creo que para mal. Este "incidente" me ha recordado dos visitas que realicé el año pasado, esa vez yendo solo. Las dos eran en la zona alta de Barcelona, en edificios que todavía tienen puerta de servicio. ¿Para qué sirve esa puerta? En muchos casos lleva al mismo sitio que la principal. Pero marca una línea invisible, es la frontera entre el que quiere y el que puede; entre el que sirve y el que es servido. La madre/suegra de la pareja de hoy pertenece a ese estatus elevado a quien todo el que esté por debajo automáticamente está sirviendo, incluso cuando esas personas no sean conscientes de ello.

Sin embargo también hay gente que vive en esos edificios pero no hace caso. De la misma manera que hay quien acentúa aún más la diferencia, obligando (humillando) a los sirvientes a llevar esos uniformes que parece que sólo existan en Ana y los 7, pero que sí que existen (yo ya los he visto en un par de ocasiones).

Pero para remediar esos casos casi enfermizos de los ricos que prescinden de formalidades tan necesarias como el marcar la clase de cada persona, tenemos a esa casta especial, que no pertenece a ninguna otra, alta ni baja: los Porteros.

En una de esas dos visitas que he mencionado antes, el portero me abordó antes incluso de llamar al interfono, preguntándome hasta el grupo sanguíneo del cuñado de mi abuelo. Y aún así esperó a mi lado mientras yo llamaba, mirándome con desconfianza, hasta comprobar que realmente venía de la fnac (claro, como por aquel entonces no llevaba la camiseta con el logotipo, podía ser cualquiera de esos ladrones que se dedican a robar casas cargados con una caja pesada...). El cliente me abrió la puerta desde arriba, y entonces se activó el chip clasificador clasista de El Portero: ¡¡me cerró la puerta en las narices y me hizo entrar por la puerta de servicio!! Teniendo en cuenta que estaba representando a una empresa, tuve suerte que por una vez mis dientes fueron más rápidos que mi lengua y la mordieron a tiempo, cuando estaba a punto de soltar un "¿y tú por qué puerta entras, hijo de la grandísima puta?" En mi vida me había sentido tan humillado (al menos no por alguien que no era una mujer, pero esa es otra historia...). ¿Quién le dio autoridad al portero a decidir por dónde debía entrar yo, si el que ha pagado para que yo esté allí me había abierto la puerta principal?

En la otra visita mencionada la situación fue parecida: puerta principal abierta, portero que me obligó a subir por la escalera de servicio... Con la salvedad que cuando bajé, el portero ya se había ido, no sin antes cerrar con llave esa escalera... Sin acordarse de que había alguien (yo) aún dentro...
Y es que si ya es malo que las "clases pudientes" (en muchos casos más bien "quierentes y no pudientes", que hay mucho que vive de la apariencia) se consideren superiores a la media, es aún peor que un simple portero de escalera (con todo el respeto que me merecen todos los porteros que no son como esos tiparracos) se ponga a sí mismo por encima incluso de aquellos que le pagan el sueldo.

Que por fregar el suelo de los ricos no nos convertimos en uno de ellos... Más bien lo contrario, ¡que el que mucho tiene es porque poco gasta!

10.12.04

Cosas del Ego

Mi humor ha mejorado en las últimas horas. Además le estoy pillando el gustillo a esto del blog. Sobretodo porque ayer recibí un mail de mi amiga de Madrid diciendo que le gusta mucho esto que escribo y como lo escribo. Me comentó que no sabía que yo supiera escribir (espero que se refiera a que le gusta mi estilo, si es que se puede hablar de estilo...). Este tipo de cosas te suben la moral.

¿Por qué empezamos un blog? Normalmente porque creemos que tenemos algo que decir. O simplemente por sacarnos todo eso que llevamos dentro y no sabemos cómo quitárnoslo de encima. O en mi caso, por presión popular...

La cuestión es que empiezas a entrar posts. Te marcas unos objetivos (en mi caso es mantener el post diario). Al principio parece casi una obligación, pero pronto te das cuenta de que tu mente va dando vueltas durante el día, buscando un tema para tu próximo texto: ¿de qué hablaré? ¿qué enfoque le doy?

¿Adicción? En parte. Y es que esto se puede considerar como la libertad de expresión en su máxima ídem. Y a todos nos gusta poder decir lo que pensamos sin tapujos ni censuras.

Pero llega un momento en que necesitamos un feedback. Sabemos que hay gente que de vez en cuando nos lee, pero sólo porque nosotros mismos les hemos dado la dirección. Algunos incluso son lectores fieles que vienen cada día a ver qué tema hemos desgranado hoy. De entre estos últimos incluso los hay que añaden su comentario, con lo que nosostros mismos también acabamos mirando nuestros propios blogs de forma diaria para ver qué opinan...

Sin embargo, queremos más. Es curioso, lo que empieza como un simple diario personal poco a poco se transforma en una forma de satisfacer nuestro ego. Nos gusta exhibir nuestros pensamientos, nuestra vida, nuestra forma de ser... Y nos gusta que la gente nos apruebe (o nos critique, si pretendemos tocar fibras sensibles). Ya dijeron hace mucho tiempo: Lo importante es que se hable de uno, aunque sea bien.

Además, parece que las cosas vuelven a ir bien... ¡Bendito viernes! Ahora lo prefiero al lunes...

9.12.04

Niveles bajos

Tal vez sea por este tiempo gris y frío; tal vez por el estado de semi resfriado que voy arrastrando estos días; puede incluso que sea por la racha que llevo últimamente. La cuestión es que llevo un par de días con la moral algo baja.

Hoy no trabajo. Como me hacen trabajar todos los festivos, a cambio me dan otros días de fiesta. Y esperaron a que casi acabara mi jornada de ayer para decirme que mañana me cambian el horario, con lo que saldré del trabajo a las 12 de la noche... Eso me lo dijeron después de una tarde por toda la ciudad, instalando teles y otros aparatos bajo la lluvia, calándonos después de aguantar el tráfico barcelonés de los días mojados.

Y hoy ya llevo dos golpes tontos pero bien dolorosos, de esos en los que te acuerdas de toda la familia de quienquiera que fabricó el mueble en cuestión. Salvo que en este caso han sido un plato y el salpicadero de un coche...

Al menos me consuela haber conseguido entradas para otros 2 prestrenos de cine. Aunque con los días que llevo seguro que me vuelven a cambiar turno y me los perderé.

Pero bueno, que no se diga. De perdidos al río. Recojamos los intestinos y pongamos super-glue, como en Dog Soldiers. Y resurjamos de las cenizas cual ave fénix, con algunas ideas nuevas y ganas de trabajar en lo mío.

¡Que este domingo toca ir a grabar! ¡Con la nueva cámara! Sólo espero que no llueva...

8.12.04

Compras, empujones y violencia

Vuelvo al tema de hace unos días: la Navidad. Sé que con todo lo que escribí parecería que no queda más por decir, pero no es así. Siempre hay algo más...

Ayer tuve que ir a hacer unos recados a l'Illa Diagonal. No eran compras navideñas (este año esperaré al último momento e incluso pienso aprovechar mi puesto de trabajo para ahorrarme las colas), pero por lo visto la gente ya está en plena fiebre consumista.

No voy a entrar en debates sobre el capitalismo o consumismo recalcitrante. Sí que voy a hacerlo sobre la estupidez bobina típica de estas fechas...

Empecemos con algunos casos que uno se puede encontrar al ir a un centro comercial estos días:

Primero vamos por los pasillos, entre tiendas. Allí sufrimos una situación más agobiante que un concierto multitudinario. Gente que te rodea por todas partes, empujones, gritos, correteos, golpes... ¿Por qué la gente no puede adoptar el fácil recurso de caminar por la derecha? No, es más divertido el caos entre miles de personas, cada una yendo a una dirección distinta, o si van en la misma, por distintos lados. ¿Para qué organizarse un poco si puedes empujar al que te viene de frente?
Luego están los que se meten en esos gentíos con cochecitos de bebés. Supongo que sobran los comentarios, ¿no? ¡Pero es que encima son los primeros en protestar porque la gente no les abre paso! ¿Y qué esperáis? ¡Dejad al niño en casa para ir de compras! ¿No veis que así descubrirá que los Reyes Magos son los padres? Que no tienen nada de Reyes ni de Magos...
¿Y esas ancianitas adorables, que siempre se meten donde la acumulación de gente es mayor? ¡Y las muy puñeteras siempre consiguen llegar a donde quieren antes que nadie! Aunque supongo que ayuda el hecho de ayudarse de empujones (el otro día una casi me tira sobre una estantería).

Pero cuando por fin llegas a la tienda, empieza la parte divertida: quieres mirar un cd, o un libro, o lo que sea... ¿Cómo llegar a él? Lo mejor es prepararse para estas fechas a lo largo del año. El mejor sitio son los festivales de música, conciertos en salas pequeñas y discotecas abarrotadas. Allí podremos coger práctica en abrirnos paso sin necesidad de grandes esfuerzos, convirtiéndonos en auténticos contorsionistas. Así podremos esquivar codos, carritos, ancianas y demás peligros que aparecen a lo largo del camino cual bidones en el antiguo juego de Donkey Kong.

Por fin llegamos ante la estantería a la que nos dirigíamos y... ¡no encontramos lo que buscábamos! Pasamos a la siguiente fase: lograr un dependiente. Esto puede ser más o menos difícil en función de A) la tienda y B) la sección. Por ejemplo, en zapatería de El Corte Inglés no llamarás la atención de un vendedor ni amenzando con cortarle la yugular al Papá Noel de la puerta. Para conseguirlo es recomendable un poquito de paciencia, sobretodo si queremos que nos atiendan bien. Además, hay que recordar que ellos también tienen sentimientos. Hace unos días me comentaba una dependienta de la sección de películas de la Fnac que el año pasado, un día llevaba una pila de dvds en las manos, cuando un cliente le tiró del fashion-chaleco hasta conseguir tirar todas las películas al suelo y por el mismo precio romperle el chaleco. Nuevamente sobran los comentarios...

Supongamos que por fin logramos la atención (de manera civilizada, por favor) de ese/a (seamos políticamente correctos) dependiente. Le preguntamos por lo que buscamos, y sí, tenemos suerte, ¡aún queda uno! Toca correr de nuevo a la estantería, sí, es verdad, allí está, lo veo al fondo, corre, corre, esquiva, salta, combo especial, vuelta en el aire, esquiva, estira el brazo, ya casi está, lo tienes, lo tienes, lo...

La anciana de los codazos lo acaba de coger delante de tus narices... Y no volverán a tenerlo hasta después de fiestas.

Con lo fácil que era cuando de pequeños simplemente dibujábamos unos garabatos con todo nuestro cariño, y lo contentos que se ponían todos...

En fin, parafraseando a Keith Giffen en el The Authority VS Lobo: Especial Navidad, "MERRY FUCKING XMAS!!"

7.12.04

Vamos a contar mentiras tralará (y a creérnoslas)

Mi nivel de indignación ha alcanzado cotas récord. Siempre he creído que no había esperanza alguna para la estupidez humana, pero esta vez ya lo he comprobado de la forma más rotunda.

Tal vez alguno haya oído hablar de una pequeña web esppañola que últimamente se ha convertido en noticia por un vídeo que han puesto en internet en el que salen las ministras socialistas, bajo trucaje photoshopero. Del Gobierno han salido ya las protestas por considerarlo de mal gusto. Y por supuesto estos sujetos han conseguido una publicidad que no se esperaban.

Decidí indagar un poco y entré en la página. Se supone que es una web humorística anti-Zapatero. Vale, tiene que haber de todo. Libertad de opinión y todo eso (aquello que nunca facilitaron los de la oposición actual). El problema está en que hay grandes diferencias entre las críticas que hacemos los de izquierdas y las que hacen los de derechas.

Leyendo por ahí uno se da cuenta de un hecho diferencial entre ambos grupos: mientras nosotros criticamos a los nuestros cuando lo hacen mal, para ellos los suyos son más infalibles que su dios, ese dios que según los obispos ha castigado nuestra amoralidad con el sida, y que aborrece los anticonceptivos y los abortos (a los que no dudan en someter a las monjas que quedan preñadas de esos mismos curas; y porque los niños no se quedan embarazados, que si no habría aún más abortos eclesiásticos...). Yo fui el primero en considerar que ZP se equivocó al no haber reformado la ley del aborto (curiosamente, puede que éste sea el único punto que esos aznaristas consideran que ha hecho bien). También critico todo aquello que no me gusta de Clos (hay días que pienso en hablar sólo de lo que hace bien, para acabar antes), o el tripartito de la Generalitat. Porque no hay políticos infalibles, y hay que estar encima de ellos para asegurarnos que hagan bien su trabajo.

Sin embargo, en esa web (www.gruporisa.com) hay algunas perlas como su manifiesto o su foro, en el que se pueden leer cosas como que hay que evitar que el PSOE de marcha atrás de todos los logros del PP, y enumeran una larga lista. Algunas cosas son ciertas (reconozcamos también las cosas positivas, que al menos en los 4 primeros años de mandato las hubo...). Pero otras son totalmente discutibles. Lo curioso es que en ningún sitio piden que no se repitan cosas como la Guerra de Irak, el caso Prestige, Gescartera, las manipulaciones mediáticas de TVE y Antena 3 (y en Tele5 aún no tengo muy claro el cierre de Caiga Quien Caiga... recordemos que Tele5 pertenece a Berlusconi), la centralización, la creación de crispación entre autonomías (que alcanzó su punto álgido con los ensayos militares sin previo aviso en el País Vasco), el fiasco del AVE (que enriqueció a algunos miembros del partido mientras se hacía una chapuza tras otra), el estropicio de las relaciones diplomáticas con Cuba y Venezuela, el transfuguismo en las elecciones madrileñas, el deterioro de la calidad de la enseñanza, el intento de imponer la Moral católica y el regreso a las ideologías franquistas, el gran aumento de subvenciones a la Fundación Franco y de fondos a armamento (en detrimiento de la investigación médica y tecnológica), y un largo etcétera...

Otra cosa con la que me he reído mucho es con su convencimiento total de que Aznar hizo una gran comparecencia ante la Comisión del 11M, y sus intentos de demostrar que son los del PSOE los que ocultan datos. Una cosa es mentir, otra creerte tus propias mentiras. Y otra más aún, y totalmente patética es no aceptar una derrota legal.

Pero sobretodo, lo que no es de recibo es que llamen al nuevo gobierno "nazionalistas", o a Rubalcaba "Rub Al Quaeda". Me parece que aquí estamos llegando a una confusión de términos cuando menos peligrosa. Ese es un terreno de arenas movedizas que si fuera a la inversa ya habrían intentado declarar anticonstitucional (palabra que le encanta al siempre diplomático Acebes), y estarían intentando encerrar de por vida a Zapatero, como su queridísimo Aznar (a.k.a. "El Limpiabotas de Texas") intentó hacer con Ibarretxe.

No confundamos la velocidad con la Tocino ni nos metamos en las Arenas movedizas porque si no vamos a tener que ponernos los Cascos para tener un poco de Esperanza ante lo que puede venir...

Es que me sulfuran...

6.12.04

Odio los lunes...

En realidad no. Pero últimamente me siento un poco gruñón, estilo Garfield, por eso he decidido parafrasearle.

La verdad es que estaba deseando que llegara el lunes.

No soy masoca. Lunes significa volver al trabajo (pero en realidad no hay mucha diferencia si también trabajas los sábados y domingos, ¿no? Pues eso).

Lunes también es el inicio. Una nueva semana, siete días de posibilidades. Se acabó la semana anterior, borrón y cuenta nueva.

Y lo necesito. No sé si los planetas están en una onda rara, o si le tengo que ajustar cuentas al ginecólogo que me sacó por cesárea en un día 13, en vez del 24 que es cuando me tocaba o si simplemente mi vena ceniza se ha vuelto a desbordar. La cuestión es que llevaba una semana que cada día pasaba algo. Por suerte han sido cosas que me las he podido tomar con un cierto humor (no mientras sucedían, pero sí después).

Ayer me levanté a las 6 de la mañana para llevar a mi amiga madrileña a Bellaterra a hacer un examen. Estaba muerto de sueño así que dije que me iba a casa a dormir un rato y luego la volvería a recoger, a la 1. Fui al coche, di el contacto y...

Allí seguía una hora más tarde, cuando llegó mi padre a rescatarme con el otro coche. También seguía allí otra hora más tarde, cuando llegó la grúa a llevarse el coche estropeado. Y finalmente, ya decidí seguir allí media hora más tarde, cuando mi amiga acabó el examen...

Hace unos días tuvimos que instalar 3 televisores de 32 pulgadas en una tarde. Pesan mucho. Sobretodo las Sony, que superan los 80 kilos. Por supuesto, la Sony tocó instalarla en un cuarto piso sin ascensor, con escalera estrecha. Pero es que luego tuvimos que subir la mesa que viene con la tele. Y por último me tocó subir las cajas, que no cabían por las escaleras y tuvimos que plegar en el portal. Doce pisos en menos de media hora, instalación incluída. Y aún quedaban 2 más...

Tuve un día sin instalaciones, lo que me hizo ir un tanto alegre porque de vez en cuando va bien dejar descansar la espalda. Mi jefe me llevó a "la jaula", una zona del almacén dedicada a post-venta, la sección en la que trabajo. Allí me esperaban cajas y cajas de productos reparados para revisar. Me pasé 6 horas allí abajo, abriendo cajas de discmans, probándolos, asegurándome de que estuvieran todos los complementos, anotando los problemas que encontraba... Sentado en un taburete con la espalda en mala posición. Cuando por fin cogí el descanso, subí a la zona de trabajadores a comprarme un sandwich en la máquina de comida. No funcionaba. Mi estómago estuvo rugiendo hasta que acabó mi turno y corrí al metro a comprarme dos donuts en la tienda del andén.

Y podría seguir, pero espero que empezar hoy lunes con una nueva actitud signifique mejorar un poco. Sobretodo porque hoy toca ir a Lloret en furgoneta y no quiero tener un accidente. Y porque el viernes la volveré a ver y quiero intentar decidirme y que dejen de considerarme un parado petao petardo (ppp para abreviar). Y porque este domingo vamos a recomenzar el documental que inaugura la productora Fent Films S.L. (¿autobombo? pues sí, para eso es mi blog; y dentro de poco hablaré del cómic que estoy guionizando...).

Si alguien tiene algún amuleto de la suerte, que me lo traiga...

5.12.04

Diplomacia interna

Acabo de pasar el día de turismo por Barcelona, acompañado de unos amigos de Madrid (bueno, uno de ellos de un poquito más lejos, pero simplifiquemos...).
Una amiga que conocí este verano ha venido para hacer un examen de japonés que se hace cada año en Bellaterra. Después hemos ido todos a dar una vuelta por la ciudad, hablando de esto y aquello.

Una de las primeras preguntas que me han puesto ha sido: "¿por qué se ven tantos burros?" (pegatinas del guarà catalán, se entiende). Yo he explicado la historia de tan simpático animal y la pegatina de marras. Les ha hecho gracia; incluso me han comentado que en Catalunya somos competitivos, ¿eh? Si hay un toro como símbolo nacional, pues hala, nosotros ponemos un burro.

La verdad es que sí que a veces parecemos unos corredores de fondo, en una carrera en la que el resto de participantes van a nuestro lado sin enterarse de que hay una competición. A veces montamos castillos a partir de un grano de arena...

A mí me parece muy bien que hablemos de una especie en peligro de extinción, que se pongan medios para salvar una raza de burros que en su momento llegó incluso a sustituir al caballo en la colonización de América (según he leído). Pero creo que la politización a la que se ha llevado el tema roza ya lo absurdo. ¿Ahora resultará que si llevo el burro soy más catalán que el que no lo lleva? Y yo que creía que bastaba con amar esta tierra... Ahora resulta que tengo que comprar acciones de Catalunya S.A.

Luego he mencionado el tema de la selección de hoquey patines. Como si hablara en chino, allí ni se han enterado... ¿Presión política en Fresno para que la votación fuera negativa? Mucha habrán hecho para haber conseguido esa mayoría aplastante... Pero ¿realmente es tan importante? ¿Qué pasaría si Catalunya participara en unas Olimpiadas? ¿No tendría derecho también a participar Galicia? ¿O Murcia? Y si hablamos de todas las comunidades de todos los paises, tal vez las Olimpiadas, en vez de ser cada 4 años, durarían 4 años... No es más fácil determinar en cuáles se puede ver un Catalunya - España (por ejemplo en torneos de federaciones), y en cuáles no (torneos de naciones)?

Todo esto lo único que hace es que fuera se mire con malos ojos a Catalunya. Que piensen que los catalanes somos excesivamente orgullosos y egoístas. Cuando en realidad lo que somos es más burros que el pobre animal cuasiextinto porque mientras discutimos estos temas nadie hace nada por combatir la especulación inmobiliaria o mejorar las condiciones de trabajo de los jóvenes, o un largo etcétera que se desvía hacia temas puramente anecdóticos (permitidme considerarlo así, al menos comparado con los otros temas más serios...).

Además, Madrid me gusta, ¡qué carajo! Como dijo aquél: "Brindo con cava por Madrid como sede olímpica!!"

4.12.04

Las vueltas que te da el amor

Permitidme que hoy me ponga un poco sentimental-barra-romántico. Tal vez sea porque hace poco vi Bridget Jones: Sobreviviré (por cierto, mucho peor que la primera, aunque tiene sus momentos); o tal vez por eso que llevo dentro (no, no estoy embarazado ni me ha atacado un alien).

Dicen que soy 100% virgo (a pesar de que en realidad debería haber nacido de cara a la Mercé, hacia el 24 de septiembre... cosas de las cesáreas...). Es decir, me gusta controlar lo que sucede a mi alrededor. Sin embargo llevo una temporada bastante caótica en ese sentido; me es totalmente imposible prever que me va a pasar mañana (¿me volverán a poner falsas denuncias? ¿tendré que ir a trabajar a otro país? ¿me abducirán los extraterrestres?). Esto al principio me estaba volviendo loco, mi vida pegaba giros de 180º de un mes al siguiente, pero supongo que al final tanto cambio se convierte en otro tipo de rutina...

Dicen que soy un desastre en el terreno amoroso (sobretodo lo digo yo, que soy el principal afectado). Las chicas nunca se me han dado bien. Por eso será que mi relación más larga fue de 2 meses, y no ha habido muchas más... Yo empecé muy tarde en esto de los "romances", hasta octubre del año pasado ni siquiera había besado a una chica. Eso me llevó a tener todo esto muy idealizado (demasiado según gente con la que he ido hablando). Así que el día que una chica me besó (porque si tiene que esperar a que lo hiciera yo aún estaríamos en el banco en silencio esperando a que reuniera el valor para decidirme...), no me corté un pelo y le dije esas 2 terribles palabras: "te quiero".

Es curioso cómo 2 simples palabras, 8 malditas letras, pueden significar tanto y tan poco a la vez. ¿Cómo saber si realmente lo sentimos? ¿Por qué siempre lo decimos cuando no toca? En aquel caso fue un error, una sensación inducida por una nueva experiencia que quería alargar. Y me di cuenta demasiado tarde, cuando el daño ya estaba hecho...
A pesar de ello yo seguía siendo una persona enamorada del compromiso, aún tenía esa concepción romántica de la relación de toda una vida, así que con la que estuve 2 meses volvieron a salir estas palabras (eso sí, esta vez quise asegurarme, así que no fue el primer día). Error otra vez. Ella repitió esa corta frase, hasta el día que se dio cuenta (esta vez fue ella) de que no era así. No había amor en esa pareja que formábamos. Había comodidad, una cierta química, pero eso era todo.

No volví a repetir esas palabras en las 2 que vinieron después. Y por una vez me alegré de haberlo hecho así, me gustaba haber llegado a no confundir una cosa con la otra; o decirlo antes de comprobar si se podía llegar a algún sitio (como por ejemplo a mantener una relación a distancia con alguien que vive en otro país... imposible). La cuestión es que decidí que el compromiso no era para mí, ya fuera porque no consigo superar los 2 meses (en realidad ese es todo un récord: por norma ni siquiera he superado los 3 días), o porque tal vez sea una persona a la que le guste una cierta sensación de libertad...

Y ahora ha aparecido ella...

Y vuelvo a estar confundido. ¿Es amor? ¿Es atracción? ¿Es una amistad profunda? No lo sé. Sólo tengo una respuesta: quiero estar con ella. Estoy muy bien cuando quedamos, cuando hablamos por teléfono o messenger, cuando echamos una partida de futbolín y me gana con facilidad (no me dejo...) o cuando consigo ganar yo (por gol en propia puerta) y se pone rabiosilla... ¿Es que no existen respuestas? ¿Por qué cuándo crees tener por fin una respuesta algo o alguien viene y te pone la vida patas arriba?

Dicen que si no fuera así la vida no tendría gracia. Digo yo que maldita la gracia que me hace...

PD: Espero que ella no lea esto antes de saber lo que siento (¡qué vergüenza!)

3.12.04

La leyenda del camello que lloraba

El verano pasado estuve trabajando en Irlanda. En uno de mis días libres fui al cine, y vi un tráiler de un documental titulado "The story of the weeping camel". Las imágenes me atraparon totalmente, así como la historia: un camello blanco recién nacido es rechazado por su madre, que es primeriza y tuvo un parto difícil. Pero si no se alimenta morirá. Gracias a la música conseguirán que la madre le acepte de nuevo.

Parece que sea un spoileador (he explicado el argumento hasta el final de la película) pero no lo soy: en el mismo tráiler ya lo explican todo.

Hoy llega este film a las salas españolas, y anoche tuve la suerte de poderlo ver en un prestreno en el cine Alexandra. Sobran los comentarios: cualquiera con un poco de sensibilidad debería ir a verla, las imágenes son preciosas, conmovedoras... En fin, mejor vedla ya y dejaos de leer críticas sobre ella.

De lo que yo quería hablar es del ritmo de vida. Los protagonistas del documental (aunque si no me equivoco tiene un tanto de ficción o cuando menos de preparación de planos y escenas que hace que no sea 100% documental, pero está tratado todo como si lo fuera) son, además de los camellos, la familia que los cría, en medio del desierto, en Mongolia.

Es un lugar que tiene otro ritmo. Allí las cosas toman su tiempo en suceder, incluso las tormentas de arena dan tiempo suficiente para cobijarse. No hay ni siquiera televisión: no hace falta. Hay tareas más que suficientes para mantenerse todo el día ocupado (a veces incluso parte de la noche), pero sin prisas, sin nadie controlando lo que haces o dejas de hacer... Me encanta sobretodo la conversación entre los dos hijos cuando se van de viaje a buscar al profesor de música. El pequeño dice que quiere una tele, y el grande contesta que imposible, que les pedirían 20 o 30 ovejas por ella.

Me dio mucha envidia esa vida, sin el estrés de la ciudad, sin los jefes encima tuyo, sin las responsabilidades que superan los derechos, sin preocupaciones de vivienda, facturas... ¿No sería genial poder vivir sin todos estos problemas derivados del capitalismo y de las grandes ciudades masificadas?

Pero luego me di cuenta que no podría vivir así: soy demasiado urbanita. Odio la ciudad, pero soy incapaz de alejarme de ella. No soporto los ruidos, gritos, atascos, caos, la frialdad de la gente... pero estoy tan acostumbrado a ellos que al tercer día en el desierto estaría desesperado por un poco de bullicio, de las luces del hotel que tengo frente a mi casa, que son tan potentes que apenas necesitamos la luz del salón para leer de noche, basta con acercarse a la ventana. ¿Y la falta de tecnología? Es impensable quedarme sin internet, sin poder ir al cine, sin una librería que poder ojear cada semana buscando algo nuevo que leer, no poder ver dvd's, ni escuchar cd's de música... Sí, tienen radio, pero cuando se acaban las pilas tienen que ir a la ciudad más cercana a buscar más. Y pueden tardar un par de días. Además, las tormentas de arena son una molestia constante, o el olor de tanto animal junto, el tener que levantarse tan temprano para atender los animales, o estar siempre pendiente de los camellos para que no se alejen demasiado, vivir toda la familia junta toda la vida (¡con las ganas que tengo de poder independizarme!)...

Nah, creo que me quedaré por aquí.

2.12.04

Trabajo bizarro

Ayer empecé a trabajar en la fnac triangle. Los que me conocen ya saben que estoy metido en tantas cosas que no sé cómo llegaré a fin de mes, tanto física como económicamente. Sobretodo por haber creado una productora de cine, Fent films S.L., junto a mi socio, cuyo blog podéis ver en http://malvolblog.blogspot.com (ya que me publicitas en la tuya, que no se diga que no hago lo mismo!).
La cuestión es que al final me decidí por volver a la casa que me acogió el año pasado, en verano, durante 3 meses. Donde quizás he tenido la mejor experiencia a largo plazo como empleado (algún día hablaré sobre mis experiencias en los distintos sitios donde he trabajado...). Me presenté por allí hace un mes y le comenté a mi antiguo jefe que buscaba trabajo para navidades. Dicho y hecho, al momento ya estaba "contratado" verbalmente. Y hace unas semanas ya fue todo oficial: llamada para decirme que el 1 (ayer) era mi primer día.

Lo que me gusta de los primeros días de todo trabajo son esas pequeñas situaciones un tanto extrañas que te dejan a cuadros durante la jornada. Al llegar perdí más tiempo recibiendo saludos que trabajando. Voy de instalador, así que en vez del chalequillo tan chic llevo camiseta. La cuestión es que el año pasado nunca llegué a recibir la camiseta, siempre iba con lo que me ponía en casa (he llegado a hacer visitas a domicilio con una camiseta del Faust de Brian Yuzna). Y esta vez lo primero que hice fue pedir una. En unos segundos tenía 2 (dos!!) en mis manos, pero aún faltaba la sudadera (que estamos en invierno!). Para eso tenía que ir al despacho de recursos humanos, donde me recordaron que antes de ponerme a trabajar quizás estaría bien firmar el contrato (ups, se me había olvidado!). Mientras firmaba, se llevaron las manos a la cabeza al ver que ya tenía las camisetas (antes de dártelas tienes que firmar un papel por si luego las pierdes, para que tú seas el responsable de ellas). Y aún más cuando al echarles un vistazo vimos que eran de manga corta. Así que mientras iba haciendo comentarios de "es inaudito, así te resfriarás, que hace frío, mira que son, hay que firmar el papel, a ver si hay manga larga..." fueron al armario a buscarme manga larga, que apareció a la 3a visita al mueble ropero. Bien, un asunto arreglado (si no tenemos en cuenta que es una talla pequeña y me queda ajustadilla, pero alguna compañera ya me ha dicho que me queda bien así arrapadita, así que no creo que la cambie...).
Siguiente asunto, más rápido: la sudadera no dio problemas. En realidad, no es sudadera, sino un polo con cuello muy mono, azul marino (¿servirá para salir de fiesta?)
Pasamos al último asunto: la tarjeta para fichar y... la taquilla!! (poner música celestial de fondo). El año pasado no me dieron taquilla, y tenía que guardar mis cosas cada día en el despacho de seguridad. Este año han ampliado la cantidad de taquillas para poder dar una a cada refuerzo. Las llaves las dan los de seguridad a recursos humanos, y ellos a los empleados. A mí me tocó una en la que pone Log 3 (hemos deducido que "log" es de "logística"). Todo contento con mi nueva llavecita me fui a los vestuarios a guardar mis cosas. Metí la llave en la cerradura de la taquilla 3... y no abría.
Tras mirar los números de todas las taquillas llegué a la conclusión de que allí no encontraría la mía y fui a preguntar, pero los de recursos humanos ya se habían ido. Por tanto fui al siguiente escalón en jerarquía llaveril: seguridad. Me dijeron que las nuevas taquillas que estaban otorgando estaban junto a la sala de descanso de fumadores. Hacia allí fui... y descubrí que no hay taquilla 3...
Volví a preguntar a un total de 10 personas, y a estas horas de hoy aún no sé qué puerta abre mi llave. En fin, tengo un mes para descubrirlo...

Luego vinieron los casos de las visitas a domicilio que tuve que hacer, del que quizás merece la pena comentar uno. Era una segunda visita (alguien que ya tiene el aparato en casa y hay que instalarlo o sintonizarlo o revisarlo). Habían comprado un home cinema y decían que los altavoces no estaban conectados. Mi compañero contestó que eso era imposible porque él fue quien hizo la instalación, pero entramos a mirar... La buena mujer tenía los 5 altavoces conectados, ¡lo único que tenía que hacer era distribuirlos alrededor del salón! Mientras se lo explicábamos, mirando ese salón que parecía salido de una revista de decoración (es decir, muy bonito pero poco práctico, no había forma de distribuir los altavoces sin pasar los cables por en medio), la madre de esta señora no paraba de comentar lo feo que era el color de los cables, y si no se podían cambiar de color, y si sólo existen cables de ese color, y que no le gustaba ese color, que era un color muy feo, que si compraban otro cable de otro color se podía cambiar...

Aunque seguro que en los próximos días alguien supera este listón... Seguiremos informando.

1.12.04

Trueques barceloninos

Leyendo el periódico he encontrado una noticia que cuando menos me ha parecido curiosa: "Barcelona extiende el plan para fomentar el trueque entre vecinos". La iniciativa se llama Banc del Temps (Banco del Tiempo para los no-catalanoparlantes) y consiste en crear lugares donde la gente se pueda poner en contacto para intercambiar servicios. De momento este peculiar punto de encuentro está ubicado únicamente en algunos barrios, pero parece ser que la intención es exportarlo a toda la ciudad e incluso por internet. Ponen en la noticia algunos casos, como el de una masajista que hace masajes gratuitos a cambio de que, por ejemplo, le cambien un enchufe en casa.

Me he quedado con la boca abierta. En el buen sentido, por supuesto. Yo normalmente soy de los que piensan que esta sociedad en la que vivimos está podrida. Pero por suerte constantemente consiguen sorprenderme positivamente. Éste es uno de esos momentos.

En realidad, a nivel de vecinos no me puedo quejar demasiado, vivo en un edificio bastante atípico. Tengo una gran cantidad de vecinos, y hay todo tipo de casos, pero en general hay bastante buen rollo...
Cada año se celebra una calçotada, y quien quiere se apunta. Va mucha gente del edificio. Alquilan un autocar (para poder beber en la comida sin problemas), van a visitar alguna cava o alguna fábrica de galletas, aceite o lo que sea (donde acaban comprando productos); luego al restaurante, donde los calçots ejercen ese estupendo hechizo gracias al cual podemos ver gente de todos los niveles sociales y económicos igualados, con el babero y los dedos manchados de hollín y salsa romesco. Finalmente empiezan las canciones y los chistes, y luego la vuelta a casa (cantando en el autocar, ¡faltaría más!).
También por nochebuena se organizan cenas, en uno de los pisos, para aquellos que no tienen con quien pasar esa noche.
Y cuando una pareja celebra su aniversario de bodas (bodas de plata, o de oro), se le hace una fiesta sorpresa. Pero de las curradas: hay comité organizador que decide el tema de la fiesta, los disfraces, la decoración, el regalo, incluso a veces se rescribe la letra de alguna canción...
Lástima que ya no esté libre un piso que había vacío, que pertenecía a unos vecinos. Allí se celebraban todas estas fiestas, e incluso se llegaron a dar clases de bailes de salón y de tai-chi.

Pero esa no es la norma. Lo más habitual es vivir en un mismo vecindario durante muchos años y ni siquiera saber el nombre de los que viven puerta con puerta con nosotros (no vale mirar el buzón). Lo normal es cagarse en sus muertos por las noches cuando queremos dormir y ellos discuten o tienen la televisión muy alta o están escuchando música... O lo contrario, querer disfrutar de una buena película pero que esos malditos tipos no te dejen escucharla a un volumen decente (y es que siempre tendemos a mirar las cosas sólo desde nuestro punto de vista). Así que de hacerse favores ¡ni pensarlo! ¿Qué se habrán creído esos, que les voy a revisar la instalación de la tele? Mejor que siga estropeada, así no molestarán... ¿Se les ha acabado el aceite y es domingo? ¡Que vayan a un restaurante y suelten algo de dinero, los muy tacaños!

De ahí mi alegría al ver esta alternativa a la vida cotidiana de todo vecindario que se precie. ¡Qué maravilla poder ayudar a otros y ser ayudado por ellos! ¡No tener que pagar un dineral abusivo y excesivo para que te venga un técnico, te mire durante menos de 10 minutos la caldera de la calefacción y te diga: "está estropeada, son 300€ por la visita; y si quiere que la arregle le subirá bastante" (¡pues claro que está estropeada! Por eso le llamé en primer lugar...)! Y es que con la tontería esta del euro, la vida ha subido mucho: lo que antes costaba 100 pesetas, ahora 1,00€, en vez de 60 céntimos. Excepto los sueldos: el que cobraba 100000 pesetas no cobra 1000,00€, sino 600€, que en realidad es un redondeo hacia abajo...

Además que así tal vez por fin la gente empiece a pensar un poco más en los otros y se dejará de mirar tanto el ombligo.

¡A ver si llega el Banc del Temps a mi barrio, que quiero que me hagan masajes gratis!

30.11.04

Navidad, navidad, dulce navidaaaaad

Sí, la navidad ha llegado. En realidad ya lleva varios días entre nosotros; las luces de Barcelona ya se han encendido de forma oficial (gracias a nuestro siempre queridísimo alcalde Joan Clos) hace un par de días. ¡Ahora ya sólo falta El Corte Inglés en anunciarla y por fin habremos entrado de lleno en esas entrañables fiestas!
¡Ah, esos días fríos, con la gente abarrotando las calles y los centros comerciales! ¡Esas largas colas para comprar unas pilas, sólo porque delante de ti hay 50 personas cargadas de regalos (que más vale comprarlos pronto, que si no se llenará todo de gente y verás las colas que habrá que hacer...)! ¡Esa sensación de hermandad entre la gente, de colaboración entre pueblos, como las medidas que se han tomado para ayudar a combatir la plaga de langostas en África, que está diezmando las cosechas (se necesitaban 100 millones para eliminarla, pero desde los países ricos no se envió ni un duro; pero los más pobres enviaron 10)!
En fin, me podría extender durante un buen rato...

Una cosa curiosa que tienen estas fechas es la cantidad de críticas que reciben. Curiosamente de gente siempre deseosa de saber qué regalos tendrán este año. Criticar las navidades es fácil. ¿Producto de la sociedad capitalista de consumo? Pues sí, ¿y qué? También son unas fechas en las que hay una excusa para ver a esos familiares a los que no ves o evitas el resto del año. ¿Quién no es capaz de lanzar una sonrisa pensando en la comida familiar de este año? Todos los tíos y primos apiñados en un restaurante (o mejor aún, para que no se diga que gastamos demasiado, en casa de un familiar, que se habrá pasado tal vez dos días preparándolo todo, y que luego se pasará otros dos en recoger y limpiar toda la mierda que son capaces de generar). El pavo relleno, los macarrones para los primos con sus "no me gustaaaa", las cantidades ingentes de cava (para después volver a casa en coche, esperando no encontrarse con controles de alcoholemia)...
Uno de los momentos álgidos de la celebración suele ser cuando sale el pariente cantante (siempre hay uno), que empieza con los villancicos a voz en grito, o mejor aún, a cantar canciones que no tienen nada que ver, como una jota (por poner un ejemplo). De pronto a todo el mundo le impregna el espíritu festivo y se lían a cantar. Parecen canciones diferentes, pero un oído atento podrá llegar a descubrir que todos cantan la misma, sólo que a distintos tiempo y escala (y a veces hasta distintas notas). Ese suele ser el momento en que los primos deciden que ya han tenido suficiente empacho de adultos y se van a corretear por la casa, preferentemente a tu habitación (si es en tu casa), a jugar precisamente con aquellos objetos no destinados a esos niños. Tú, por supuesto, no puedes hacer más que mirar con cara de horror cómo tus preciados tesoros vuelan por los aires (pero ni se te ocurra intentar el rescate, porque siempre será en el momento en que aparecerá tu madre a reprenderte por no dejárselos). El truco está en tener siempre a punto una tele en una habitación y una película para niños (la que más éxito me ha dado en todos estos años es El cuchitril de Joe; les encanta).

Luego está el día de los regalos. Puede ser navidad o reyes. Pero siempre es lo mismo. Hay 3 tipos de regalos, con sus correspondientes reacciones:
1- El regalo esperado. Es aquél regalo que ya sabías que te habían comprado, porque tú mismo lo pediste. Tú sabes lo que es y ellos saben que lo sabes, así que pones una falsa cara de sorpresa y mientras lo abres dices con tono falso forzado "A ver que seráááááá". Todo el mundo ríe con la broma.
2- La sorpresa acertada. Llevas tiempo diciendo que te quieres comprar algo, pero hasta ahora no has podido. Así que el familiar inteligente aprovecha para regalar sobre seguro. Realmente pones cara de sorpresa y sonríes porque no lo esperabas y te encanta. Dos personas felices: tú y el que lo compró (también el que lo vendió, pero en eso no entraremos)
y 3- El Otro. Un regalo no esperado ni deseado. Suele venir en forma de jersey, pantalones u otra prenda de vestir que, normalmente, tu madre vio en un escaparate y compró "porque este año se lleva mucho". Te preguntas en qué país se lleva eso, o en qué año vive tu madre, mientras fuerzas una sonrisa y ya lo imaginas en el fondo del armario. El problema es que al menos durante los días siguientes tendrás que llevarlo puesto para contentarla.
La otra versión de este último es algún objeto de consumo (véase cd, película, artículo-tonto-supuestamente-gracioso...) que no te gusta N-A-D-A. Pero sonríes. Siempre se sonríe. Esta vez tu cerebro trabaja a marchas forzadas buscando una excusa que te permita hacerte con el tíquet para cambiarlo sin levantar sospechas. Un "ya lo tengo" o "parece que está algo rayado"...

En cualquier caso, y a pesar de que cada vez duran más (a este paso ya no hará falta quitar las luces, enlazaremos las navidades de 2 años seguidos), ¡que paséis todos y todas unas buenas fiestas! (y ya hablaré en otro momento de fin de año...)

29.11.04

Las mentiras del 11M

Esta mañana, como cada mañana, mi madre ha puesto la radio, concretamente el "Hoy por hoy". Yo suelo tirar más por la información con el filtro humorístico de "Minoria absoluta". Pero hoy apenas he escuchado más de unos minutos, y he acabado pegado a la Ser.
Iñaki Gabilondo estaba que echaba chispas.
Y con razón.
Han empezado el programa mencionando la comparecencia del Sr. Aznar ante la comisión del 11M. Y nuevamente este sujeto nos ha obsequiado con sus perlas verbales, entre las que destacan sus ataques a los medios de prensa (incluyendo de forma explícita tanto a la Ser como al propio Gabilondo). Daba a entender el expresidente que estos medios de prensa tuvieron su parte de culpa en los atentados, que no habrían sido, según él, sino una maniobra para hundirle.
Ahora resulta que en ese increíble atentado no hubo sinó una víctima: Jose María Aznar.

Recuerdo el día del atentado: cómo nos quedamos todos con la boca abierta, mirando esas imágenes tan apabullantes en televisión, esos vagones convertidos en latas de refresco estrujadas antes de ser lanzadas, toda esa cantidad de vidas sesgadas, gente con sueños, ilusiones, ganas de vivir, familia, esperanzas... todo ello acabado en unos instantes en los que toda España se detuvo, toda Europa giró su mirada hacia nuestro país. Y cuando por fin pudimos reaccionar lo primero que hicimos fue lo mismo que la gran mayoría de gente con familia en Madrid: agarramos el teléfono e intentamos conseguir noticias de nuestros allegados. Pero las comunicaciones estaban saturadas.
Doy gracias porque en mi familia no tuvimos que contar con ninguna víctima. Y doy mi más sentido pésame a todas las familias en las que hubo una o más. Pero sobretodo me pregunto por qué un personaje como Jose María Aznar puede salir en repetidas ocasiones no sólo a remover las heridas, sinó que con total desparpajo se atreve a proferir insultos a unos, acusaciones a otros, diciendo que se masacró a tantos inocentes sólo para verle fuera del gobierno, afirmando (con ese inglés que tanto dolor de oídos causa al fantasma de Shakespeare) que el origen del conflicto con los árabes está en la Reconquista, acusando a otros (sin querer decir quiénes, no sea que le devuelvan el golpe y no pueda parecer la víctima mediática que tanto le gusta que creamos que es) de politizar e incluso de causar el atentado.

Un tiparraco así no merece estar en libertad.

Leía hace tiempo una entrevista en El Periódico de Catalunya a Javier Bardem, con motivo del estreno de Mar Adentro. Lo que empezó como entrevista sobre cine acabó tomando curso político. Y ese magnífico actor que es Javier Bardem dijo algo que suscribo totalmente: ¿acaso hay alguien protegiendo a Aznar, que puede hacer y decir lo que quiera y el resto callan? ¿Por qué nadie le lleva ante los tribunales?

Al fin y al cabo, estamos hablando de alguien que por su afán de salir en los libros de historia nos ha llevado a una guerra injusta en la que se han matado a miles de inocentes por el control de los pozos de petróleo. Y a pesar de las evidencias, lo ha negado. Nos ha seguido mintiendo y tomando el pelo aun después que los propios americanos y los ingleses reconocieran que no había armas de destrucción masiva.
Ha intentado centralizar el país en Madrid, causando conflictos con las comunidades autónomas, ha pretendido encarcelar a gente como Felipe González o José Ibarretxe, ha aumentado el presupuesto de armamento y las subvenciones a la fundación Franco mientras rebajaba el dinero destinado a investigación médica o tecnológica. Y ahora su partido va y la lía con el tema del valenciano, una lengua que nunca ha defendido. Y sigue escudándose en sus mentiras y en sus ataques a los otros grupos políticos.
Ha ocultado información que por el Pacto Antiterrorista debía compartir (la entrevista de Carod Rovira con la cúpula de ETA era conocida por Aznar, que no informó a Pasqual Maragall, pero sí a la prensa), ha intentado manipular a la opinión pública desde antes de llegar al poder, mediatizando los GAL, acusando sin pruebas a todo el mundo; durante su estancia tapando temas como Gescartera o las auténticas responsabilidades del Prestige, y en su ocaso reiterando la autoría de ETA en el atentado de Madrid, cuando todo el mundo decía que habían sido terroristas islámicos. Y sigue mintiendo y escudándose en sus mentiras y en su retórica para no contestar a las preguntas que se le hacen mientras va lanzando dardos envenenados, como el acusar al gobierno de Zapatero de antiamericano, o denunciando la poco afortunada intervención del ministro Moratinos en TVE donde mencionó la alegría un tanto desmesurada que sintió el expresidente por el golpe de estado en Venezuela (el ministro se equivocó al hacer esta clase de comentario; pero por otra parte sólo hay que rescatar las noticias del momento para comprobar que Moratinos no miente).

¿Y nadie hace nada?

Con razón se dice que no hay justicia...

Un parto difícil

Por fin lo he hecho. Hay quien desde hace tiempo intenta convencerme de la necesidad de tener un blog. Como en su momento intentaron convencerme de la necesidad del móbil, de internet, del adsl, de un trabajo con futuro.
4 de 5. No está mal.
Ahora veamos qué pasa con esto. ¿Será lluvia de un solo día? Normalmente estas cosas me dan bastante pereza, no soy precisamente un Spider Jerusalem que con su portátil arriba y abajo se dedica a lanzar mensajes incendiarios contra todo aquello que no le gusta de lo que le rodea. Aunque la idea no me desagrada...
En fin, espero poquito a poco ir poniendo mi grano de arena o cuando menos poder sacar toda la mierda de dentro para que incluso en el caso (altamente probable) de que esto sólo lo leamos cuatro gatos (los que me presionaron y yo), cuando menos me sirva para relajar tensiones, que es más barato que un psicoanalista.



Y ya sólo me faltará el trabajo con futuro...